La pérdida total del olfato o anosmia es uno de los síntomas que han aflorado como más frecuentes entre los pacientes con coronavirus en España, algunos estudios hablan del 80 % de afectados, algo que en China ocurrió en mucha menor medida, una diferencia sobre la cual hay varias hipótesis pero ninguna certeza.
La revista European Archives of Oto-Rhino-Laryngology publicaba un estudio sobre la presencia de este síntoma con infección leve o moderada de coronavirus, en el que ocho de cada diez pacientes sufren una pérdida total del sentido del olfato.
El estudio, cuyos resultados son preliminares, lo ha elaborado el grupo de Jóvenes Investigadores de la Federación Internacional de Sociedades de Otorrinolaringología (YO-IFOS), con el apoyo de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y otras sociedades europeas, a partir del testimonio de 417 pacientes de hospitales de España, Bélgica, Francia e Italia.
Fue en Alemania, tal y como recuerda, en declaraciones a Efe, el especialista en otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra Nicolás Pérez, cuando comenzó la sospecha al llamar la atención entre el personal médico la pérdida de olfato en los casos positivos de COVID-19 en Europa.
"La pérdida del olfato es un marcador en urgencias muy claro de la infección por coronavirus. Es un síntoma demasiado llamativo para lo sorprendentemente poco mencionado que es", opina Pérez, que añade que por el momento hay muchas preguntas y pocas respuestas en torno a este asunto.
El coordinador de YO-IFOS de la SEORL-CCC, Carlos Chiesa, apunta varias hipótesis. La "estirpe genética" es una de ellas, que diferencia a las poblaciones afectadas en Europa y en Asia. Los estudios del Covid-19 revelan que hay hasta quince variaciones genéticas en relación con el que se describió por primera vez en China. También apunta que el virus tiene la capacidad de mutar a medida que "invaden nuevos organismos".
Otra de las hipótesis que barajan los expertos es que los sanitarios chinos no hubieran indagado en ese síntoma en los pacientes, porque al principio en Europa tampoco se preguntaba por la pérdida del olfato.
"Probablemente no lo hayan preguntado los colegas chinos, no se percataron igual porque les pilló de golpe toda la enfermedad, así como nos ha pillado a nosotros hace un mes, que nos ha venido todo como de golpe", señala Chiesa, quien trabaja en el servicio de otorrinolaringología del Hospital Universitario de Donostia.
En este sentido, Chiesa abunda, en declaraciones a Efe, en que puede ser que en los sistemas sanitarios europeos se indague un poco más en la calidad de vida del paciente y funcionen de forma diferente al chino, por lo que en ese país el síntoma pudo pasar a priori desapercibido.
Así se pronuncia también el experto en otorrinolaringología del Hospital 12 de Octubre de Madrid Alfredo García, quien coincide en que aún se desconoce por qué en China no ha habido apenas positivos por coronavirus que hayan perdido el olfato.
En España, según García, el 30 % de los pacientes de coronavirus asintomáticos reportan la anosmia.
"Sabemos que es un síntoma muy frecuente. Estamos viendo con mucha frecuencia entre los sanitarios y muchos pacientes que el único síntoma que tienen es la falta de olfato", afirma García.
El por qué el coronavirus hace que los pacientes contagiados no puedan oler todavía se desconoce. García apunta que puede ser por el daño directo que el virus provoca a las terminaciones del nervio olfatorio.
"Habitualmente, la causa más frecuenta de pérdida de olfato es el catarro o los brotes de alergia, se congestiona la nariz y el estimulo olfatorio no llega al nervio pero lo característico de la anosmia por COVID-19 es que no tienen congestión, en la mayor parte de los casos", abunda el doctor del 12 de Octubre.
Según Chiesa, el 90% de los pacientes suelen recuperar el olfato a las dos semanas siguientes de contraer el virus. Aunque algunos de ellos comienzan a recuperar el olfato pero sufren "parosmia": "son capaces de notar un olor pero no lo asocian con lo que nosotros les estamos haciendo oler sino que es como si olieran otra cosa. Por ejemplo, les das a oler alcohol y te dicen que huele a melocotón", señala.