Pedro es un enfermero que ha escrito una carta contando lo que ve en una sola noche de trabajo. Es una carta que llega al corazón. Porque pone letra al dolor de día a día, donde los sanitarios hablan al oído a los enfermos, les comunican que sí, que hablan con sus familiares a diario, que no están solos. Y esos momentos, Pedro no lo ha olvidado. Como ese día en el que Miguel rompió a llorar cuando José le rogaba que le pusiera una videollamada con sus hijos para despedirse por si no salía nunca más de allí.
O como la historia de José Carlos, que rompió a llorar cuando llevaba ya seis horas vestido de buzo trabajando sin parar en la Uci con pacientes del coronavirus. Y así las historias de sus compañeros en solo una noche que se repite desde el inicio de la pandemia. Cada día, como dice Pedro, el peor de tu vida profesional se convierte en el peor día de tu vida personal. Por eso para no ser los protagonistas del otro lado del cristal, Pedro pide respeto al virus y prevención.
No es de extrañar que la Asociación Médica Mundial (AMM), a instancias de los médicos españoles y de otros países, ha solicitado a los gobiernos que la profesión médica sea declarada de riesgo y que se priorice el apoyo al personal de la salud en la primera línea contra el coronavirus. Reconocer que la infección por SARS CoV-2 sea considerada como una enfermedad profesional, luchar contra la violencia hacia los médicos y contra cualquier muestra de su estigmatización son otras peticiones. Además, la AMM ha declarado el 30 de octubre Día Internacional de la Profesión Médica.
La Asamblea General de esta Asociación, que se ha celebrado de forma telemática desde Córdoba, ha firmado un manifiesto con estas peticiones a iniciativa de los colegios médicos de España, Francia, Uruguay, Brasil, Sudáfrica, Corea del Sur y Australia. Han solicitado asimismo a los gobiernos que adopten "un enfoque multilateral y coordinado" a escala global de la crisis para promover la igualdad en las intervenciones, el acceso a los servicios de salud, los tratamientos y las futuras vacunas.
Y han considerado "imprescindible" proporcionar financiación suficiente a los sistemas de salud para que puedan hacer frente a los costos de la pandemia y garantizar una atención médica accesible y de calidad.