Con la llegada del otoño y el frío, no solo nos enfrentamos a la pandemia, sino que otros virus como la gripe o la bronquiolitis vuelven a la cara. Los médicos alertan ahora de este último, un virus respiratorio sincitial (VRS)
Esta afección, causada por es un patógeno que infecta el tracto respiratorio, aumenta el riesgo de hospitalización pediátrica por cuadros de hiperreactividad bronquial o neumonía, que ya se ha venido produciendo desde verano como consecuencia de que se está desestacionalizando.
Este virus se transmite de forma similar al covid de forma que se debe evitar respirar aire cercano a otras personas y tocar superficies que puedan estar contaminadas. También es recomendable seguir con las medidas de higiene y prevención del coronavirus, tales como, lavar las manos con asiduidad y llevar mascarilla en entornos cerrados cuando los niños superen los seis años.
Además, cuando los menores acudan al colegio o guarderías se debe desinfectar el material que estos utilicen.
No existe un medicamento para tratar el VRS y la infección tiene un período medio de incubación de 8 a 10 días. La enfermedad se manifiesta de los 4 a 6 días de la exposición. Las manifestaciones de la infección pueden oscilar de un leve resfriado a un distrés respiratorio grave.
La mayoría de individuos han sido infectados por el VRS antes de los 3 años de edad y la infección previa no proporciona inmunidad completa contra la reinfección.
Este virus afecta especialmente a los más pequeños, a la población pediátrica, y las infecciones de vías respiratorias superiores que puede producir son en su mayoría leves normalmente leves, aunque es recomendable seguir las medidas de precaución porque algunos pueden sufrir complicaciones y acabar en Urgencias u hospitalizado por cuadros de hiperreactividad bronquial o neumonía.
Las consecuencias de esta enfermedad suelen experimentarse a largo plazo, ya que los bebés que han tenido estas infecciones pueden tener peor función pulmonar cuando crecen, y sufrir afecciones parecidas al asma.
El VRS es la segunda causa de muerte en lactantes menores de un año en todo el mundo y causa aproximadamente un 10% de los ingresos hospitalarios en la población anciana.