Una investigación privada coordinada por la empresa sevillana, QuantiKa14, de peritaje informático, ha logrado rastrear a una pareja malagueña de presuntos estafadores que vendía desde hace meses pasaportes covid falsificados a través de redes sociales y plataformas como Telegram. Ofertas ilegales que vuelan en Navidad.
Las pesquisas comenzaron a dar frutos el pasado 15 de diciembre, cuando la empresa que investiga el caso se infiltró en un grupo de Telegram llamado "Antivacunas España", donde "un administrador publicaba varios mensajes en los que pedía a sus compañeros que no se fiaran de 'los que venden pasaportes covid'", ya que eran "falsos", según recoge 'El Confidencial'.
Los investigadores, tras una búsqueda de palabras clave en el chat del grupo, localizaron otro canal en el que se vendían los certificados falsos con un usuario al frente al que se podía contactar. Un hombre, bajo el alias @c2inboss, vendía un pasaporte por 350 euros y, como oferta navideña, dos por 450. Sin embargo, el engaño era profesional y comprobaron que su rastro estaba bien cubierto.
El único indicio concreto era el membrete del documento, donde figuraba la Junta de Andalucía. Así, tras una nueva toma de contacto, el estafador se identificaba y se negaba a dar otras garantías y que aseguraba que "sus certificados eran oficiales, ya que en su equipo habría un médico que metía los datos en Sanidad".
Sin embargo, los investigadores encontraron que el delincuente formaba parte de una página web de compraventa de criptomonedas, además de un portal de venta de monedas falsas de dos euros. En esta estafa paralela, el sospechoso enviaba monedas con un valor de 300. Se trata, según los expertos, de un grave delito de falsificación de dinero. Además, el hombre mostraba sus ganancias en el canal de Telegram.
El supuesto vendedor, envió fotos de dos documentos de identidad, DNI: el suyo y el de su mujer, pero el equipo de investigación comprobó que eran suplantaciones de identidad. Sin embargo, no conseguían información detallada sobre el sospechoso, al que solo se podía pagar en bitcoins o PayPal, hasta la llegada de un correo electrónico.
Pero la sorpresa llegó tras rastrear el email. Los investigadores descubrieron que los estafadores eran un matrimonio, de hombre y mujer, en el que ella, identificada como MJJ, no presentaba antecedentes, mientras que él, CSG, tenía una petición de cuatro años de prisión por otro delito de estafa anterior. El acusado es un perito informático, por lo que se justifica su habilidad para mantenerse oculto en la Red. La investigación continúa por parte de la Policía Nacional.
"Petición de rectificación:
D. César Carlos Gi Mauriz quiere aclarar que no guarda relación alguna con los hechos objeto de la noticia que figura arriba."