La Organización Mundial de la Salud insiste: “Hay que ser realistas en cuanto a los tiempos. No importa cuánto intentemos acelerar el proceso, tenemos que estar seguros de que una vacuna es segura y efectiva, y esto lleva su propio tiempo”. O dicho de otro modo, la población no será vacunada contra el coronavirus
Son las palabras del director de Emergencias Sanitarias de la organización, Mike Ryan, quien incide en que, a pesar de la necesidad acuciante de una vacuna que logre aplacar la COVID-19, no se pueden cometer errores que comprometan los enormes esfuerzos que se están realizando desde múltiples rincones del planeta para poner fin a la pandemia.
“Estamos apurando las cosas todo lo que se puede, pero esto no significa bajo ninguna circunstancias que vamos a tomar atajos en lo referido a la seguridad", ha recalcado Ryan en el marco de una sesión informativa dirigida al público en general a través de las redes sociales.
En ella, además, ha participado María Von Kerkhove, responsable técnica de la célula de gestión de la pandemia, quien igualmente ha llamado a no tener expectativas desmesuradas y creer que la vacuna será una solución absoluta.
En este sentido, Ryan ha recordado que ninguna vacuna es 100% efectiva, y ha mencionado el caso de la del sarampión, que es considerada entre las que tienen mayor efectividad, llegando sin embargo al 95%.
Más allá, otra cuestión muy presente al respecto de los avances científicos y la posible vacuna es la relativa a cuánto durará la inmunidad que proporcione.
Cada vez son más las vacunas, –entre las 23 que han llegado a etapas más avanzadas de las investigaciones efectuadas desde distintos puntos del mundo–, que están llegando a la fase 3, lo que implica que, tras haber mostrado ser seguras y presentar cierta eficacia, pueden empezar a ser administradas a miles de personas; una etapa previa a la aprobación por parte de las autoridades sanitarias de los países.
Mientras la comunidad científica continúa la carrera contrarreloj por la vacuna, la pandemia sigue avanzando y ya deja más de 14,73 millones de casos, de los cuales 169.013 corresponden a las últimas 24 horas según cifras de la OMS. Además, ya son 611.284 las personas que han perdido la vida debido a la COVID-19 tras sumar otros 3.503 decesos el último día.
El SARS-CoV-2 sigue sin ceder y sin dar tregua, y por eso muchas de las preguntas que le han sido dirigidas a Ryan y Von Kerkhove se han referido a las medidas de prevención y contagio.
En este sentido, cuestionados al respecto de si es seguro asistir a eventos masivos al aire libre, esta última ha manifestado que lo es si los participantes son capaces de mantener una distancia física de al menos un metro y, a su vez, cumplen las medidas de higiene pertinentes, siendo fundamental, particularmente, el lavado de manos.
De no ser posible, ha subrayado, es recomendable el uso de mascarillas durante todo el evento.
Así mismo, a este respecto ha recordado que el virus se transmite desde personas infectadas antes de que empiecen a mostrar síntomas, al tiempo en que ha pedido a los jóvenes que no caigan en la errónea idea de que si cogen el virus tan solo les causará síntomas leves. Nada más lejos: ha insistido en que hay personas de ese grupo de edad que han mostrado síntomas severos y que han sufrido graves secuelas que han tardado semanas e incluso meses en superar.
"Al pulmón le cuesta bastante tiempo volver a su capacidad normal, y en algunas casos también el sistema cardiovascular queda afectado", ha señalado Ryan.
De hecho, la OMS ha documentado numerosos casos de gente joven que requiere de tres a seis meses para que sus órganos recuperen sus funciones normales tras haber sufrido la enfermedad una decena de días.