Evitar que los medicamentos genéricos salgan al mercado o encarecerlos en un 2.600% son algunas de las estrategias que utilizan algunos laboratorios farmacéuticos para aumentar beneficios, según denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Los cortes de suministro, otra de las estrategias de presión, conllevan situaciones muy perjudiciales para los afectados, señala esta organización, que recuerda que lleva denunciando algunos de estos abusos durante mucho tiempo, pero que "los organismos encargados de competencia y los tribunales de cada país actúan de manera disonante".
En cuanto a los medicamentos genéricos (aquellos que tienen el mismo principio activo que el de marca), OCU recuerda que los laboratorios tienen la exclusividad para vender el fármaco original durante 10 años y pasado ese tiempo, otra farmacéutica pueden entrar y poner en el mercado copias de estos productos, que gracias a la competencia generada ven reducidos sus precios.
Sin embargo, según OCU, "algunos laboratorios utilizan artimañas para evitar esa competencia y posible descenso de precios". Cita el caso de Sandoz, que cuando iba a poner el genérico de Durogesic a la venta, Johnson & Johnson, propietaria de la patente, acordó pagarle un monto mensual superior al beneficio que hubiera generado por las ventas del mismo, para que no lo sacara al mercado. El resultado de esta operación fue una multa de 10,8 millones de euros a J&J y de 5,5 millones a Sandoz.
Además, señala que Lundbeck tuvo que pagar 98 millones de euros y más de 52 millones a otras cuatro compañías con las que acordó comprar los genéricos producidos por estas y revender el citalopram. AstraZeneca, por su parte, decidió retirar las cápsulas de omeprazol cuando su patente estaba a punto de caducar, para a continuación sacarlo al mercado en comprimidos; la multa ascendió a 52,5 millones de euros, según OCU.
La "subida desmesurada" de precios es otro de los abusos de las farmacéuticas, señala la organización, que pone como ejemplo el caso de Pfizer y Flynn. La primera transfirió la autorización de comercialización al laboratorio de medicamentos genéricos Flynn, pero estos en lugar de producir la fórmula genérica de Epanutin, se convirtió en su distribuidor, acordando elevar los precios del producto hasta un 2.600% más.
Un caso "curioso" es del uso de Lucentis (Novartis), un medicamento empleado en enfermedades oculares, y Avastin (Hoffmann-Roche), usado para el cáncer. "Al tratarse de moléculas muy similares y sabiendo que ambos medicamentos admiten ambos usos, los laboratorios llegaron a un acuerdo para generar dudas del uso de Avastin (100 veces más barato) en oftalmología", aseguran.
Italia multó con más de 90 millones de euros a cada una de ellas, y recientemente Francia también, con 440 millones de euros. Sin embargo, según OCU, en España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), "no encontró motivo alguno para multar aquí a las compañías".
La organización recuerda que los consumidores pueden denunciar abusos de competencia directamente ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las agencias autonómicas, siempre con una base fundamentada.
Asimismo, insiste en la necesidad de realizar controles periódicos a los laboratorios farmacéuticos y de imponer multas disuasorias a aquellos que atenten contra las normas de competencia. "Las administraciones no deberían consentir que a las farmacéuticas les salga más económico pagar una multa y seguir abusando que cumplir la normativa de competencia", señala.