Hace un año, en plena primera ola de Covid, la tecnología y la sensibilidad de intensivistas del hospital 12 de Octubre de Madrid, hicieron posible que la soledad dejara de ser una losa para sus pacientes en la UCI. Lily, había pasado 20 días inconsciente en cuidados intensivos a causa de la Covid. Cuando pudieron extubarla, no imaginaba que también vería y escucharía a su hija, sus nietos. La doctora Victoria Trasmonte, intensivista, hizo posible el encuentro mediante una videollamada.
Nacía así el programa “acortando distancias”, una iniciativa de humanización del hospital madrileño, que no solo arranca sonrisas y lágrimas, también influye positivamente en el bienestar psicológico y físico de los pacientes. El de Lily y su familia fue el primero de más de 10.000 encuentros que hoy, en algún caso, puede incluso ser presencial. Familiares que pueden estar, al menos un poquito, a pie de cama de su ser querido.
Los lazos de tan intensa vivencia entre profesionales y pacientes, con quienes los hicieron posible, perduran. Tras un año del alta hospitalaria, somos testigos del encuentro de la doctora Trasmonte con Lily y otra de sus pacientes, Isabel. Los recuerdos de aquellos días duros de enfermedad, vuelven. Pero no se pierde la sonrisa. Vivir para contarlo.