De las variantes de Sudáfrica y Brasil hay una mutación, la llamada E484, que ha suscitado la alarma entre los investigadores porque según un estudio preliminar de un equipo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, Estados Unidos, podría ofrecer una mayor resistencia a las vacunas.
Se trata de un estudio del que se han producido diferentes interpretaciones. Varios medios internacionales han resaltado el hecho de que la mutación E484 podría ayudar a burlar los anticuerpos neutralizantes que el sistema inmunitario produce contra el coronavirus, pero según ha declarado uno de los firmantes de este análisis, el biólogo evolutivo Jesse Bloom, a The New York Times, la investigación reafirma la vigencia de las vacunas actuales.
El temor de que las vacunas sean impotentes contra las nuevas variantes aumentó durante una conferencia científica el pasado sábado, después de que varios científicos sudafricanos informaran de que en pruebas de laboratorio, 21 muestras de suero de un grupo de 44 supervivientes de covid19 no destruyeron la variante que circulaba en ese país.
Las muestras que tuvieron éxito contra la variante se tomaron de pacientes que tuvieron que ser ingresados. Estos pacientes presentan niveles sanguíneos más altos de los llamados anticuerpos neutralizantes (subconjunto de anticuerpos necesarios para desarmar el virus y prevenir la infección) que aquellos que presentan un cuadro leve.
Según explico Penny Moore, viróloga del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, quien dirigió el estudio, los resultados "sugieren fuertemente que varias mutaciones que vemos en la variante de Sudáfrica van a tener un efecto significativo en la sensibilidad de ese virus a la neutralización".
De todas formas, las vacunas que ya existen seguirán previniendo enfermedades graves y la gente debería seguir recibiéndolas, según comentó Michel Nussenzweig, inmunólogo de la Universidad Rockefeller en Nueva York.
Una de las principales incógnitas de las actuales vacunas es que pueden no evitar que las personas se infecten leve o asintomáticamente con las variantes. "Es posible que ni siquiera sepan que estaban infectados", señaló Nussenzweig. Si los infectados aún pueden contagiar, el virus seguirá terminando con muchas vidas.
Las vacunas estimulan al cuerpo para producir anticuerpos frente al coronavirus. Los científicos esperan que, con el tiempo, el virus pueda obtener mutaciones que le permitan evadir estos anticuerpos, las llamadas 'mutaciones de escape'. Algunas investigaciones habrían indicado qué mutaciones pueden ser más ventajosas para el virus.
Los científicos, sin embargo, esperan que la nuevas vacunas sigan siendo efectivas durante muchos años, con la teoría de que el coronavirus tardaría en desarrollar nuevas defensas contra ellas. Lo que más preocupa es que la posible propagación descontrolada facilite al virus oportunidades casi ilimitadas de reinventarse a sí mismo.