Una mujer sin ropa se sube a un coche de policía tras saltarse la cuarentena
Es de nacionalidad española y los agentes han tenido que detenerla dos veces
Mañana, día 14 de abril, los ciudadanos españoles cumplirán un mes de confinamiento y, durante todo este tiempo, desgraciadamente, ha habido muchos vecinos (aunque no representan a la gran mayoría) que se han saltado la cuarentena y se han enfrentado a la policía de la peor manera. Desde el caso de aquel hombre que paseaba por Salamanca al que los agentes tuvieron que recordarle que "está muriendo gente" hasta esta mujer española que han detenido por segunda vez en Torremolinos.
Después de ser sorprendida saltándose el confinamiento, la mujer prestó declaración en comisaría y quedó el libertad. Al salir, se quitó la ropa y se quedó totalmente desnuda encima del coche oficial de la policía, provocando la alteración de los vecinos y formando un escándalo en la calle. Gritó y profirió varios insultos, pero la policía local malagueña consiguió que bajara del vehiculo y la detuvo de nuevo, por lo que se registra una doble detención.
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El psicólogo de la Universidad Complutense, Guillermo Fouce, cree que este tipo de personas que, a pesar de que haya pasado un pico del contagio del coronavirus en el que morían más de 900 personas diarias, se saltan las normas del estado de alarma, responden a dos tipos de perfiles: los egoístas y los negacionistas. Los egoístas son los que, como no padecen el virus, solo miran desde su propia perspectiva y no les importa que otros sí se puedan contagiar. Los negacionistas son los que, a pesar de los datos, que a lo mejor no consultan, no se creen que sea tan grave lo que está pasando
Otras llamativas negligencias
Durante estos 30 días, los ha habido de todos los tipos y han presentado todo tipo de excusas, sin darse cuenta de que, con su negligencia, corre riesgo la vida de muchas personas. Recordemos a los hermanos gemelos que salieron a "cazar Pokemon" en Alicante, al hombre de una localidad coruñesa que se fue a comprar tabaco a 20 kilómetros de su casa, a los jóvenes que hicieron un botellón dentro de un transporting para caballos o a la chica sevillana que ató a su perro cojo al manillar de su bicicleta.