Más recursos, apoyo, atención e información para luchar contra la tuberculosis. Es lo que pide la Organización Mundial de la Salud, OMS. Y lo reclama de manera urgente, después de que se hayan registrado un aumento de fallecimientos a causa de la enfermedad por primera vez en una década.
"La situación asistencial sigue siendo sombría", ha asegurado la directora del Programa de Tuberculosis de la OMS, Tereza Kasaeva, en vísperas del Día Mundial de la Tuberculosis, que cada año se conmemora el 24 de marzo. "Se necesitan inversiones urgentes para desarrollar y expandir el acceso a los servicios y herramientas más innovadores para prevenir, detectar y tratar la tuberculosis que podrían salvar millones de vidas cada año, reducir las desigualdades y evitar enormes pérdidas económicas", ha explicado.
La experta ha puesto de manifiesto que la pandemia ha revertido los logros que se habían acometido desde el año 2000, como los 66 millones de vidas que se han salvado desde entonces. Sin embargo, por primera vez después de más de una década, las muertes por tuberculosis han aumentado en 2020. "Los conflictos en curso en Europa del Este, África y Oriente Medio han exacerbado aún más la situación de las poblaciones vulnerables", ha subrayado.
En concreto, la experta ha lamentado que, según los datos de 90 países, no se ha avanzado lo suficiente en el cierre de las brechas de detección de casos y augura un mayor número de casos positivos de la enfermedad. "La situación es aún peor para los niños y adolescentes con tuberculosis y se estima que el 63% de los niños y adolescentes menores de 15 años con tuberculosis no fueron atendidos o no fueron notificados oficialmente", ha comentado.
Sin embargo, la situación es más grave al analizar a los niños menores de cinco años, entre los que la proporción de no atendidos supera el 70%. Un colectivo en el que la tuberculosis se ha cebado con 226.000 muertes en 2020, tal y como ha expuesto la jefa de la Unidad de Poblaciones Vulnerables, Comunidades y Comorbilidades de la OMS, Kerri Viney. "Nos preocupan los crecientes índices de pobreza, desigualdad, desnutrición, comorbilidades, discriminación y estigmatización, y los conflictos que son los principales motores de la epidemia de tuberculosis", asegura.
Por ello, la OMS ha actualizado las directrices para el manejo de la enfermedad en niños y adolescentes, entre las que destacan las recomendaciones centradas en el paciente para el diagnóstico, tratamiento y prevención. Así pues, las pruebas diagnóstico se han ampliado para incluir muestras no invasivas, como las heces.
Por último, Kasaeva ha defendido que las inversiones ofrecen "enormes ganancias" para los países y los donantes, en costos de atención médica evitados y una mayor productividad. Al respecto, ha sostenido que el gasto global en diagnóstico, tratamiento y prevención de la tuberculosis en 2020 ha sido de 5.300 millones de dólares en 2020 (4.798.551 millones de euros), lo que supone menos de la mitad del objetivo mundial de 13.000 millones de dólares (11.770.032 millones de euros) anuales para 2022.