Para tomar el sol hay que preparar antes la piel. Las que son más blancas suelen tener menos cantidad de este pigmento marrón protector (la famosa melanina) y les cuesta más activarlo, por mucho sol que les dé. De ahí, el paso clásico del blanco leche al rojo cangrejo. Para estas personas, un plus de melanina les permitirá obtener el moreno.
1. El primer paso es la alimentación. Los productos de la tierra son los más efectivos en estos casos por sus nutrientes y vitaminas. Más en concreto, la vitamina A y el betacaroteno favorecen la producción de melanina y el buen funcionamiento de las células de la piel, y los podemos encontrar en la zanahoria, la espinaca, el pimiento rojo, el tomate y la calabaza.
Pero, también, es beneficiosa la vitamina E. Además de garantizar la duración del bronceado, los alimentos ricos en ella suelen estar repletos de antioxidantes, que acaban con los elementos subversivos, conocidos como radicales libres, que se encargan de envejecer y 'oxidar', a fin de cuentas, la piel.
Ahora, con la llegada del calor, las ensaladas son el plato más recurrente en las mesas y no te costará nada seguir una dieta 'pro melanina' rica en vitamina E: añade aceite vegetal en el aliño y frutos secos que acompañen a la lechuga, como nueces, piñones o almendras. Si tu pasión no es la ensalada, opta por las frutas y haz una macedonia a base de kiwi, mango, uvas y ciruelas.
La vitamina B y D empujan a la formación de melanina y, a su vez, a la de otros protectores de la piel contra la acción dañina de los UVA. ¿Qué puedes comer? Para la B, no quites el ojo a los lácteos, las legumbres, el pollo y los huevos. La D, además de obtenerla mediante el sol, podemos conseguirla a través del pescado azul. Pero si puedes permitírtelo, y quieres darte el gustazo, consigue vitamina D con caviar y ostras.
2. Si se ha echado el tiempo encima, y no puedes comerte todas las vitaminas A,B,D y E de tu nevera, siempre puedes recurrir a los suplementos. En farmacia y en herbolarios venden comprimidos con estas vitaminas. Pero, además, tienen otros que mantienen los niveles de melanina dentro de la normalidad que son la L-Tirosina y el Gingko Biloba. Eso sí, es conveniente que, antes de comenzar cualquier tratamiento, lo consultes con un médico experto para que recete la mejor opción para ti.
3. La vía oral no es la única. La melanina se desarrolla en las células cutáneas con cremas y pomadas preparadas para esta función. Aunque siempre es mejor consultar a un dermatólogo, los productos más hidratantes y con aceites mejoran el tono de nuestra piel y ayudan a la melanina a resguardar la piel del sol. Uno de los mejores aceites en crema es el Omega 3, también existente en el pescado. Su alto contenido en vitamina E estimula el bronceado y es muy nutritivo. Otro esencial que tiene que aparecer entre los ingredientes de nuestra loción es la riboflavina, o lo que es lo mismo, la vitamina B2.
Ojo con las cremas: aunque favorezcan la producción de melanina, el protector natural de nuestra piel, no suelen contener filtro solar. Por tanto, no hay que utilizarlas como crema protectora para ir a la playa.