Aunque para muchos es un tema tabú, la masturbación es una práctica tan saludable como recomendada por los especialistas. Liberas oxitocina, conectas con tu cuerpo y te distraes de las preocupaciones del día a día… ¡Son todo ventajas! Pero, ¿existe la posibilidad de que el hábito se te esté yendo de las manos?
Lo primero que debemos saber sobre la masturbación es que es una conducta que no entiende ni de edades ni de géneros. Según el estudio publicado por 'Superdrug’s Online Doctor', plataforma británica especializada en sexología, el 88% de las mujeres y el 96% de los hombres reconocen masturbarse con asiduidad.
Estos datos coinciden con la investigación llevada a cabo por el portal de citas Victoria Milán. Tras preguntar a más de 8.000 mujeres de 14 países diferentes, se encontró que el 80% de ellas se masturba frecuentemente. ¿Y cuál es la edad a la que más amor propio se dan?, te preguntarás. Nada más y nada menos que entre los 18 y los 24 años.
Sí, masturbarse es bueno pese a que en algunos países o entornos más conservadores esté mal visto (sobre todo si quienes lo hacen son mujeres, aunque afortunadamente esta mentalidad tan arcaica está cambiando). Pero entonces, ¿es posible hacerlo demasiado?
La respuesta es "sí", pero con muchos matices. Para entender las circunstancias en las que la masturbación se nos está yendo de las manos, debemos responder tres sencillas preguntas.
El funcionamiento abarca muchas parcelas, por ejemplo, nuestro trabajo o estudios, quedar con amigos, la vida en pareja, el tiempo en familia, nuestro ocio, etc.
Algunas señales de que la masturbación afecta a tu funcionamiento son:
Son solo ejemplos, pero pueden ayudarte a identificar situaciones similares en tu día a día.
La primera señal de alarma es el malestar, que puede ser tanto psicológico como físico.
En el plano psicológico puedes experimentar estrés o ansiedad si no te masturbas o incluso una sensación de tristeza muy fuerte justo después de hacerlo. Ten en cuenta que la masturbación es algo que debemos hacer para sentirnos bien, no para acabar con el ánimo por los suelos.
Y en el plano físico, el exceso de masturbación puede provocar molestias cutáneas, como irritación por la fuerte fricción, o incluso agujetas.
Y la gran pregunta final es: ¿Dónde te masturbas? Y no hablo de si es en el sofá, en la cama o en la ducha...
Una cosa es masturbarse en la intimidad de nuestro hogar y otra muy distinta es hacerlo en lugares públicos como en una biblioteca, en clase o en un autobús. En primer lugar, es totalmente irrespetuoso para las personas que te rodean. En segundo lugar, puedes meterte en un buen lío. Según el Código Penal, “ejecutar actos de exhibición obscena ante menores o incapaces será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año, o multa de 12 a 24 meses”. Y en tercer y último lugar, no es bueno para ti experimentar una necesidad tan grande que te haga romper las normas sociales y legales.
Si te resulta imposible reprimir ese impulso que te incita a meterte la mano en los pantalones, 'keep calm' y pide ayuda profesional. La terapia psicológica puede ayudarte a canalizar tu energía sexual de una forma más adaptativa y saludable.