El uso de mascarilla es vital para frenar el contagio en un entorno cerrado. Es la conclusión de un estudio realizado por un grupo de investigadores del Instituto Americano de Física, en el que pretenden dar respuesta a cómo se comporta el coronavirus en un espacio cerrado.
Según la investigación, elaborada por los físicos Amit Agrawal y Rajneesh Bhardwaj, si se usa una mascarilla quirúrgica, la posibilidad de que se expulsen gotitas que infecten de covid19 disminuye en siete veces que si no se llevara nada. Además, según los datos obtenidos, cuando una persona tose llevando una mascarilla FPP2 o KN95, la expansión de las gotitas es 23 veces menor a la que se produciría en caso de no llevar el material de protección.
Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista científica 'Physics of fluids y esperan que pueda servir para adecuar mejor los entornos de trabajo y de relaciones personales en la nueva realidad que provoca la pandemia.
Según los físicos, la clave está en la nube de gotas que se expulsan entre los cinco y los ocho segundos después de toser o hablar. Los expertos trabajan la manera de frenar la propagación de la covid19 de cara a la entrada del invierno, cuando aumentará la presencia de personas en espacios cerrados.
Otro dato importante, señala el documento, es que la fuerza con la que se tose tiene influencia en la cantidad de gotas que pueden llegar a expandirse. Según el estudio, la nube de gotas adquiere más fuerza cuando se usa mascarilla. No obstante, las posibilidades de que el coronavirus se expanda con el uso de mascarilla también son mucho menores.