Las mascarillas de bucear se convierten en un nuevo aliado contra los síntomas del Coronavirus. Junto con una pieza impresa por 3D, se pueden adaptar a los filtros de los respiradores y usarse en pacientes con problemas pulmonares leves.
Esta herramienta deportiva que vemos todos los veranos en nuestras playas, se probó en Italia en primer lugar como complemento a los respiradores. Los buenos resultados han animado a Hospitales como el Montepríncipe o el 12 de Octubre a realizar pruebas para testar esta técnicas funcionen.
Muchas empresas deportivas y particulares han comenzado a donar sus mascarillas. Sin embargo, para que estas funcionen es necesaria una pieza que la adapte al respirador. Este elemento se imprime en impresoras 3D y ya son muchos "makers" los que, una vez más de modo solidario, se están sumando a la fabricación de estas piezas.
Unas técnicas improvisadas con ingenio por los sanitarios y profesionales que siguen buscando la manera de luchar contra los principales síntomas del Coronavirus. Especialmente, se buscan soluciones para que los enfermos puedan respirar mejor.