Ira, dolor, rabia: Li Wenliang ya es el héroe del coronavirus que amenaza la mordaza china
"Al negarse a escuchar sus 'silbidos', su país ha dejado de latir y su corazón ha dejado de latir"
"No quería convertirse en un héroe"
La plataforma de mensajes Weibo desvela una indignación del pueblo chino pocas veces vista
El coronavirus ha provocado más de 600 muertos y decenas de miles de infectados. Pero ha sido la muerte de un solo hombre, Li Wenliang, el médico que advirtió de su peligro y de su posible contacto entre humanos y que no solo fue silenciado sino también condenado, la que ha puesto la mordaza del Gobierno chino contra las cuerdas.
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Las redes sociales y la juventud china ha dicho basta. Ha visto en Li Wenliang al héroe que nunca quiso serlo, al hombre de ciencia que fue barrido por la conveniencia política y que murió además, ayudando a los demás. No solo eso. Su familia, incluida su mujer embarazada, también han sido infectados.
Que la muerte era un problema se supo desde siempre, cuando la historia de Li fue conocida. Por eso ayer fue temporalmente resucitado y hoy se anuncia que al morir a causa de su trabajo será indemnizado con 104.000 euros
“Expresamos nuestras más profundas condolencias y tristezas, le rendimos homenaje por luchar en la primera línea contra la epidemia y mostramos nuestro sincero pésame a su familia", dice el mismo gobierno que le tapó la boca.
"No quería convertirse en un héroe, pero para aquellos de nosotros en 2020, había alcanzado el límite superior de lo que podemos imaginar que haría un héroe", estallaba un Weibo que nunca se ha visto tan repleto de mensajes llenos de pena, ira, vergüenza y tristeza. Se habla en ellas de un Gobierno autoritario mientras este no da abasto para controlar la información.
"Al negarse a escuchar sus 'silbidos', su país ha dejado de latir y su corazón ha dejado de latir", escribió Hong Bing, la jefa de la oficina del periódico oficial del Partido Comunista en Shanghai, People's Daily, en la plataforma de mensajes WeChat.
"¿Qué precio tenemos que pagar para que usted y su silbido suenen más alto y lleguen a todos los rincones del este?" "Es la primera vez que esta nación celebra un funeral de estado para un médico", se puede leer.
Es difícil recordar un acontecimiento en los últimos años que haya despertado tanto dolor, rabia y desconfianza hacia el gobierno. Los dos principales hashtags decían "el gobierno de Wuhan debe disculpas al Dr. Li Wenliang" y "queremos libertad de expresión". "Encendamos una vela y rindamos homenaje al héroe”, definido ya como "un rayo de luz en la escuridad de la noche". Incluso medios tradicionales chinos han calificado a Li como un "héroe que quería contar la verdad".
Uno de los mensajes más difundidos es una frase del propio Li, pronunciada en una entrevista cuando ya estaba enfermo: "Una sociedad sana no debería tener una sola voz".
Zhan Jian, profesor de Periodismo y Comunicación en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, pedía una ley específica para proteger a quienes, como Li, hacen denuncias y advierten al público. "Protegería a las personas que tienen el sentido interior de lo que está bien y está mal sobre contar verdades al público, y revelar la verdad".
El gobierno ha decidido también hacer frente a las críticas con la apertura de una investigación oficial y con más censura. Veremos si el virus de la libertad no hace más daño a China que los coronavirus.