La piel a menudo se infecta. En general no es algo que deba preocuparnos, pero otras veces podemos notar que está más sensible de lo habitual, que se enrojece o se hincha y causa excesiva molestia. Esto ocurre porque los gérmenes hacen de las suyas ya sea en la parte superficial de la piel o en los tejidos más profundos. Cómo detectar un a infección y cómo actuar.
Cuando los microorganismos ingresan en los tejidos de la piel, ya sea a través de una herida, un corte, tras hacernos un tatuaje o porque tenemos la piel muy seca, pueden traernos serios problemas. Todo dependerá de cuán extensa sea la infección y qué la cause.
La celulitis, por ejemplo, es un tipo común de infección bacteriana que produce inflamación, enrojecimiento y, a veces, dolor en la zona afectada. También lo son los abscesos, que son la acumulación de pus bajo la piel, y puede darse en cualquier parte del cuerpo.
Las infecciones en la piel se podrían clasificar de la siguiente manera:
Las infecciones a veces pueden confundirse con un eccema, sobre todo en niños. Para distinguir, atiende a los siguientes síntomas, especialmente si has sufrido heridas o te han operado recientemente.
Para diagnosticar una infección de la piel, los profesionales preguntan por los síntomas y hacen un examen físico. Suele hacerse un cultivo de piel, y a veces se toma una muestra con un hisopo o raspando la piel.
El tratamiento de las infecciones de piel dependen de la causa y el tipo de infección. En cualquier caso, debes acudir a tu médico si sospechas que sufres una infección.
La celulitis se trata con antibióticos. Cuando tenemos abscesos, en cambio, el médico suele drenar el pus y se recetan antibióticos. Si no los tratamos, la infección puede propagarse a los ganglios linfáticos y el torrente sanguíneo, llegando incluso a ser mortales.
Otras infecciones desaparecerán por sí solas, o se curan con una crema para la piel.