Del coronavirus se conoce que afecta con mayor gravedad a las personas mayores y en situación de riesgo, pero hay un grupo que puede estar más protegido, el femenino. Todo ello gracias a las hormonas sexuales femeninas, estrógeno y progesterona, y a su metabolito fisiológicamente activo, la alopregnanolona.
Los esteroides reproductivos femeninos poseen funciones antiinflamatorias, facilitan la reparación de las células epiteliales respiratorias, remodelan la competencia de las células inmunes y, sobre todo, inhiben el receptor ACE2, que es el que utiliza el coronavirus para entrar en nuestro organismo y proceder a la infección.
"Sabemos que cuanto mayor eres, más disminuyen tus hormonas", explica Graziano Pinna, profesor asociado de investigación en psiquiatría, y autor del artículo en el que se informa de estas conclusiones, que ha sido publicado en Trends in Endocrinology and Metabolism.
Cuando la pandemia empezó a estallar por todo el mundo, a comienzos de marzo, Pinna se fijó en que, según los primeros informes de casos, las mujeres embarazadas que daban positivo por coronavirus y no tenían síntomas empeoraban después de dar a luz, sobre todo cuando la progesterona, la alopregnanolona y el estradiol bajaban.
Ahí fue cuando empezó a investigar más y a poner especial interés en los esteroides reproductivos femeninos y su relación con el coronavirus. "El estradiol, la alopregnanolona y la progesterona tienen funciones antiinflamatorias importantes y están involucradas en el restablecimiento del sistema inmunológico", explica Pina.
"Esto sugiere que las mujeres embarazadas se volvieron sintomáticas, y algunas incluso fueron ingresadas en la UCI, después de dar a luz a sus bebés debido a la rápida caída de estas hormonas”, continúa el experto.
"Las mujeres embarazadas tienen 15 veces menos probabilidades de morir de covid-19 que otras mujeres", sentencia Pinna, algo que también se refleja en los datos que manejan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos.
En total, 38.071 mujeres que estaban embarazadas han dado positivo y han muerto 51 de ellas, lo que representa un 0,13%. Sin embargo, la tasa de mortalidad en las no embarazadas es del 2%.
Pinna explica que se están produciendo ensayos para evaluar la eficacia de las hormonas citadas a la hora de mejorar los síntomas en personas posmenopáusicas, pero de cara al futuro incide también en el artículo en otro factor, la nutrición.
"La nutrición es muy importante y no se ha hablado mucho de ella. Es importante porque es algo de lo que podemos ocuparnos todos los días para estimular el sistema inmunológico y fortalecer nuestros cuerpos contra el coronavirus", afirma.
Las dietas enriquecidas con fitoestrógenos (estrógenos producidos por plantas), es decir, aquellas con soja, lentejas o avena, son las más beneficiosas porque los fitoestrógenos tienen la capacidad de unirse a los receptores de estrógenos humanos, y el microbioma puede convertirlos también en estradiol.
Científicos de la Escuela de Medicina de Wake Forest (Estados Unidos) han realizado una revisión de los datos preclínicos publicados sobre el estrógeno. El estudio, publicado en la revista 'Current Hypertension Reports', apunta que esta hormona puede disminuir la gravedad de los síntomas de coronavirus en las mujeres.
"Sabemos que el coronavirus afecta al corazón y sabemos que el estrógeno protege contra las enfermedades cardiovasculares en las mujeres, así que la explicación más probable parece ser las diferencias hormonales entre los sexos", explica la autora principal de la revisión, Leanne Groban.
La revisión señaló que el estrógeno reduce el nivel de ACE2 en el corazón, lo que puede modular la gravedad del virus en las mujeres. Por el contrario, los niveles más altos de ACE2 en los tejidos podrían explicar por qué los síntomas son peores en los hombres que en las mujeres.
"Esperamos que nuestra revisión sobre el papel de las hormonas estrogénicas en la expresión y regulación de la ECA2 pueda explicar las diferencias de género en la infección por covid-19 y sus resultados, y que sirva de guía para el tratamiento actual y el desarrollo de nuevas terapias", concluye Groban.