Estamos en plena actividad gripal, aunque la crisis por el coronavirus ha dejado en un segundo plano una enfermedad que acabó en 2018 con la vida de 6.300 personas. Desde el Sistema de Vigilancia de la Gripe se señala en su último informe que la intensidad de la gripe de este año es un poco más fuerte que en 2019. Es muy contagiosa, sobre todo en espacios cerrados donde pasamos muchas horas como las casas, los centros de trabajo y de estudios. Es importante tener en cuenta unos cuantos consejos básicos para no terminar infectado por tus familiares y compañeros de oficina. La vacuna es la mejor prevención, pero si no estás inmunizado, te damos algunas claves para minimizar los riesgos.

Es importante que reconozcas los síntomas para no confundirla con un resfriado común, también muy habitual en esta época del año. La gripe tiene una sintomatología muy clara, que incluye tos exacerbada, escalofríos, fiebre, dolor de garganta, dolores musculares (mialgias) y articulares (artralgias), congestión nasal y una profunda postración y cansancio. "Una vez que se padece (orden de cinco a siete días, más o menos), deja una profunda astenia residual, por lo que estamos ante una causa de absentismo laboral y escolar muy importante", señala José María Eiros Bouza, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, uno de los tres centros referenciales en España. El experto recuerda que esta dolencia no es solo importante por su “alta capacidad para generar enfermedad, complicaciones y, a veces, muerte, sino también por el trastorno social y familiar que conlleva”, subraya.

Bouza indica la importancia de las campañas de vacunación, a las que deben adherirse todos los grupos de riesgo. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud considera población diana las personas mayores, sobre todo a partir de 65 años; aquellas que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la enfermedad (diabetes, obesidad mórbida, enfermedades crónicas, hemofilia, inmunosupresión, cáncer…); personal de centros sanitarios, geriátricos, estudiantes en prácticas; las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos, Protección Civil, trabajadores de emergencias e instituciones penitenciarias.

Los microbios salen de nuestro organismo a través de la tos y estornudos a distancias mucho más extensas de lo que podíamos creer, y se propagan también cuando hablamos en forma de gotas en suspensión. Cualquier superficie del hogar o del centro de trabajo, además de los transportes y de cualquier edificio en el que haya personas puede contener estos virus. Por eso, la primera medida que recomiendan los especialistas es la buena higiene de las manos. Por cierto, si en casa hay alguien con gripe, es conveniente que no te seques las manos con su toalla, que cada miembro tenga una para evitar la propagación. Unos 20 segundos de buen enjabonado y el aclarado puede ser la mejor barrera.

No siempre estamos en casa o tenemos un baño a mano, es conveniente llevar unas toallitas o geles asépticos en formatos de bolsillo. Además, como no sabes si has podido despistarte y haber tocado alguna superficie infectada, trata de no tocarte la cara, si lo haces que sea con un pañuelo de papel desechable.

Siempre que estornudes o tosas, por el bien de los que le rodean, tápate la nariz y boca con pañuelos de papel. Una vez que los haya tirado a la basura, no los guardes porque almacenarás virus en los bolsillos, y vuelve a lavar tus manos.

Es importante no compartir los artículos personales. En casa, ropa, toallas, sábanas, utensilios de comer y comida. En la oficina, los bolígrafos, papeles, el ordenador y el resto de cosas que estén en la mesa o el entorno de trabajo de la persona afectada por gripe.

Es conveniente ser muy cuidadoso con la limpieza, si hay alguien enfermo en casa. Además, los expertos recomiendan lavar la ropa con un programa con agua caliente e introducir la colada en la lavadora con guantes.