El gobierno distribuye test rápidos masivos que detectan el virus con una sensibilidad del 64%

  • Los test rápidos funcionarán de manera complementaria a las pruebas PCR

  • Su sensibilidad en pacientes con síntomas recientes es del 64%

Una de las principales ocupaciones del sistema sanitario español desde el inicio de esta crisis ha sido la de detectar y aislar el mayor número posible de contagiados por coronavirus. Esto no ha sido tarea fácil, ya que hasta el momento solo se disponía para ello de las pruebas PCR, que necesitan de unas horas para conocer el resultado definitivo y deben ser manejadas por profesionales cualificados.

El gobierno de España ha reaccionado distribuyendo a lo largo de este domingo y lunes test rápidos, una medida con menor índice de acierto pero mucho más ágil en sus plazos. En concreto, la sensibilidad de estas pruebas es del 64 % en pacientes con síntomas recientes de la COVID-19 y de más del 80% en los infectados durante siete días o más. Así lo ha confirmado el Ministerio de Sanidad, que dirigirá los test a hospitales y colectivos vulnerables como las residencias de mayores.

El sistema sanitario español ya sufrió un grave revés hace una semana, cuando tuvo que devolver una remesa de test rápidos comprados a China por su bajo nivel de efectividad, de menos de un 50%. Aunque las pruebas contaban con la homologación europea, no se validaron previamente, lo que provocó que España se viese obligada a devolverlos.

El objetivo de los test rápidos es el de funcionar de manera complementaria a las pruebas PCR, mucho más fiables, de manera que si un posible infectado da positivo en el primer test pasar a ser un caso confirmado, mientras que si da negativo se sometería a la segunda prueba para descartar el contagio.

Así pues, aunque los test rápidos son mucho menos fiables que las pruebas PCR, permiten acelerar los diagnósticos en los colectivos más vulnerables y de esta manera realizar una criba, algo que puede ser vital en las actuales circunstancias. El motivo por el que están tardando tanto en llegar no es otro que la demanda desmedida de estas pruebas, con una producción global incapaz de abastecer a la población en medio de la crisis provocada por la pandemia.

Diagnosticar la enfermedad, especialmente de forma precoz en pacientes asintomáticos, es fundamental a la hora de atajar la crisis sanitaria global. Este tipo de infectados son los que más posibilidades tienen de expandir el contagio al no tener síntomas de riesgo, por lo que su detección prematura puede suponer una victoria temprana contra el patógeno.