Los líderes de la Unión Europea (UE) iniciaron este jueves una cumbre marcada por las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Las nuevas normas sociales impuestas está obligando a los políticos a minimizar sus contactos físicos evitando los tradicionales apretones de manos o besos en las mejillas.
Lo hemos visto a la llegada del presidente español, Pedro Sánchez que tras aplicarse con insistencia gel hidroalcohólico ha saludado a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con un roce de codos, algo que la política alemana le ha recordado que ha sido superado por el gesto de cruzarse los brazos pegándolos al pecho en señal de respeto.
Imágenes similares se han podido ver a la llegada de los representantes nacionales a la sala de reuniones. recibidos por la prensa gráfica, los líderes comunitarios han dejado ver lo difícil que resulta modificar unos comportamientos que llevan siglos arraigados como son los apretones de manos. Ahora, la pandemia obliga a saludos en la distancia o leves gestos de asentimiento con la cabeza.