El geriátrico de Segur de Calafell, en Tarragona, intervenido por la Generalitat desde la semana pasada, ha puesto en marcha este miércoles el traslado de ancianos. El gobierno catalán actúa ante numerosos positivos de covid19 y las graves carencias de los residentes. Durante la mañana de esta jornada se han vivido momentos muy emotivos en la despedida de trabajadores y residentes.
Entre lágrimas, los ancianos se despidieron de los cuidadores y de sus amigos. "Yo no sé dónde voy", comenta una mujer. Trabajadores y usuarios están indignados con la Generalitat catalana, que ha cerrado este miércoles la residencia y que ha enviado a los ancianos a otros centros, los separa. "Llevo cuatro años aquí. Conozco a todo el mundo, todo el mundo me apreciaba", lamenta un usuario ante el traslado.
La causa ha sido un brote de coronavirus que suma 82 contagiados, 62 de ellos trabajadores. El centro pidió ayuda a la Generalitat, que hace dos semanas nombró a otra empresa gestora. Según los trabajadores, sus prácticas han sido vejatorias. "Personas que llevan dos semanas que no se duchan", denuncia una trabajadora. En la puerta, se resisten a marchar, a separarse de quienes durante años han sido su familia.