Nuestras mascotas no son inmunes al coronavirus. También pueden contagiarse, aunque la mayoría sufre solo síntomas leves al pasar la enfermedad.
Diversos estudios han mostrado que la biología de los gatos, incluidos sus receptores virales, los hace más susceptibles a la covid-19 que los perros, y son más propensos a dormir cerca de la cara de su dueño, lo que aumenta su exposición a cualquier infección.
Y es que el 95 por ciento de los gatos o perros infectados con el SARS-CoV-2 se ha contagiado por estar en contacto con propietarios o cuidadores con covid-19, pero apenas han desarrollado síntomas de la enfermedad y si lo han hecho ha sido de una forma muy leve.
Esto sugiere, según los investigadores, que se podría evitar que las mascotas se infectaran aplicando ciertas medidas preventivas, como evitar el contacto con ellos (abrazos, besos, caricias) y manteniendo una adecuada renovación de aire.
Las personas que tienen covid-19 la transmiten con frecuencia a sus mascotas y los gatos que duermen en la cama con sus dueños "parecen correr un riesgo especial de infección", sugiere un estudio presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas.
Investigaciones previas han demostrado que gatos y perros pueden contagiarse de covid-19 a través de sus dueños, pero no estaba claro hasta qué punto eran susceptibles y qué aumentaba, en su caso, las posibilidades de ser afectados por el virus.
Para responder a estas preguntas, un equipo de la Universidad de Guelph (Canadá) estudió a perros y gatos que vivían en hogares y sus dueños habían pasado la covid-19, así como a animales de refugios y otros callejeros.
El equipo hizo pruebas de anticuerpos, que son un signo de infección previa, a 48 gatos y 54 perros de 77 hogares, así como a 75 procedentes de refugios y a 75 felinos callejeros que habían sido atendidos en clínicas veterinarias.
En el caso de los animales caseros, sus propietarios respondieron a un cuestionario sobre cómo interactuaban con las mascotas. Cuánto tiempo pasaban con ellas al día, si los acariciaban y besaban, sí dejaban que estos les lamieran la cara, que se sentarán en su regazo o que durmieran en su cama.
El cuestionario también se interesaba por si los animales habían estado enfermos y qué tipo de síntomas presentaban.
En el caso de los animales con dueño, el 67 % de los gatos y el 43 % de los perros dieron positivo en la prueba de anticuerpos, frente a un 9 % de los de refugio y un 3 % de los felinos callejeros.
Los perros que habían pasado la covid-19 tuvieron síntomas leves que desaparecieron al poco tiempo; en cuanto a los gatos, la situación fue similar, aunque tres sufrieron casos graves.
Los gatos que pasaban más tiempo con sus dueños "parecían tener un mayor riesgo de infección" y los que dormían en la misma cama "eran más propensos a tener covid-19", según un comunicado del congreso.
La mayor tasa de infección en los animales con dueño, unido a resultados de estudios genéticos anteriores, sugieren que la vía de transmisión "más probable" es la de los humanos a las mascotas, y no al revés.