A Mariña lucense vuelve a cierta normalidad después de siete días. Sanidade ha decidido este miércoles levantar las restricciones de movilidad en la mayor parte de la zona afectada, con la excepción del Ayuntamiento de Burela, que permanece cerrado, aunque mantiene las medidas de prevención especiales implantadas en toda el área para frenar el brote de COVID-19 detectado a finales del mes de junio.
Lo hace "a pesar de los datos positivos de los últimos días", con una disminución progresiva de los casos activos, teniendo en cuenta que "sigue habiendo una importante prevalencia de la infección" en la zona. Además, reconoce la existencia de "casos que no pueden asociarse al resto de los casos conocidos", con lo que "existe el riesgo de que haya un cierto nivel de transmisión oculta y de que, de reducir las medidas, repunte el brote".
Así lo recoge el decreto publicado en la tarde de este miércoles en el Diario Oficial de Galicia y en el que se especifica la modificación de la limitación de movilidad en la zona, que a partir de esta medianoche quedará ceñida al municipio de Burela, donde se concentran la mayoría de los casos.
Sin embargo, la orden sí mantiene el resto de medidas implantadas en la zona, como la limitación de grupos, aforos u horas de apertura de locales, con el objetivo de continuar conteniendo el brote.
En cuanto a la movilidad, desde la medianoche queda permitida la circulación entre todos los municipios de A Mariña, y fuera de ellos, con excepción del de Burela, donde se limita la entrada y salida de personas a excepciones justificadas --como cuestiones laborales o para acudir al Hospital da Mariña--. Estas limitaciones no afectarán a vías que pasen por este municipio siempre y cuando se tenga origen y destino fuera de Burela.
En el interior del ayuntamiento, podrá circularse "sin limitaciones", excepto los casos positivos o sus contactos estrechos. No obstante, la Xunta recomienda a la población "limitar la movilidad a los casos imprescindibles" mientras se mantenga la actual situación. Las medidas, recoge el decreto, se evaluarán en función de la evolución en un periodo no superior a siete días.