Un equipo de científicos del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) de Madrid está estudiando el posible efecto de un fármaco antitumoral de uso clínico sobre el ciclo vital del coronavirus con las luces del Sincrotrón Alba, instalación que se encuentra en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).
El hallazgo ha permitido conocer que uno de los fármacos antitumorales más utilizados, paclitaxel, puede alterar la estructura por la que se mueven los virus en el interior de las células y podría afectar a su transporte y al bloque de su replicación, según ha informado el Sincrotrón Alba este lunes en un comunicado.
Asimismo, las proteínas que intervienen en la respuesta inmunológica, las citoquinas, son transportadas en vesículas por esos mismos transportadores, por lo que la modulación de este movimiento podría afectar a su liberación, previniendo la hiperactivación del sistema, que es uno de los agravantes de la enfermedad causada por el virus.
El investigador postdoctoral del grupo, Daniel Lucena, ha afirmado que si se consigue un "éxito de este proyecto, no solo se estaría combatiendo este virus sino que se podría extrapolar a otros", ya que ataca un mecanismo que usan muchos para moverse dentro de la célula, así como para salir de ella.
El experimento se ha llevado a cabo en la línea del Sincrotrón Alba NCD-Sweet y ha permitido "ver muy claramente la estructura del microtúbulo", tal y como ha señalado el investigador doctoral del grupo, Juan Estévez, detallando que los cambios son de nanómetros --una mil millonésima parte de un metro--.
El objetivo de la investigación ha sido correlacionar los cambios estructurales provocados por estos fármacos con su potencial antiviral, aspirando a desarrollar un diseño racional de antivirales efectivos contra el Covid-19 y en esta línea, Fernando Díaz ha subrayado que en caso de confirmarse que produce el efecto esperado, "podría empezar a utilizarse de forma inmediata", porque se conocen que son dosis seguras y sus procedimientos de administración.