Ya ha pasado más de un mes desde que comenzó la cuarentena decretada por el estado de alarma y más aún desde que la Comunidad de Madrid tomara la decisión de cerrar todos los colegios por la crisis del coronavirus y, por tanto, de cerrar también todos los comedores pertenecientes a dichos centros. Muchas familias sin recursos ya habían pagado ese servicio o, por lo menos, la reducción que se les otorga a las familias con una Renta Mínima de Inserción que, ahora, están recibiendo una alimentación muy distinta.
"Las empresas que suministraban la comida a los comedores también están disponibles", recuerda el presidente
Según dicen, la FAPA ‘Francisco Giner de los Ríos’ lleva “muchos años luchando para que los menús de los comedores sean lo más saludables posibles” y no comprenden que la Consejería no haya cambiado ya las empresas de distribución de alimentos que, "en un acuerdo político o comercial", se ofrecieron a cubrir sus necesidades alimenticias durante esta pandemia.
“La pregunta que hacemos a la Administración es muy sencilla: ¿Darían de comer ustedes todos los días de la semana de esta forma a sus hijos? Si no es así, ¿por qué lo propician para los hijos e hijas de los demás?”, es la denuncia de los padres. Más aún, cuando las empresas que ya distribuían a los comedores siguen en funcionamiento:
"Esas empresas, que son muchas, y que ya aportaban comida saludable a los colegios, ni siquiera han cerrado durante la reducción de movilidad que decretó el Gobierno durante el estado de alarma. Han seguido funcionando porque distribuyen alimentos a muchos ayuntamientos y, las que no han sido requeridas, han tenido que hacer su ERTE", aclara Camilo Jené Perea, Presidente de la asociación a Informativos Telecinco.
Los miembros de FAPA consultaron a 18 nutricionistas para elaborar su denuncia y, en ella trasladan su preocupación por el estado de salud de sus hijos, pues una dieta hipocalórica prolongada en el tiempo, lamentan, "podría afectar a los menores tanto física como emocionalmente":
"Es urgente replantear esta situación, ya que la alimentación que en estos momentos está promoviendo la Administración puede llegar a tener serias repercusiones en la salud de nuestros hijos e hijas de manera directa e indirecta, como, por ejemplo, la ingesta continuada de hidratos de carbono de elevado índice glucémico pueden producir, generando a la larga, resistencia a la insulina o diabetes, o el simple hecho de que una mala alimentación puede afectar al normal descanso y al estado emocional de los menores", conluye la asociación.