Con el brote de coronavirus se ha iniciado una nueva conciencia masiva por la higiene de las manos, algo que no debería faltar nunca, también ha provocado la compra compulsiva de geles higienizantes. Están agotados en muchas perfumerías, droguerías y farmacias, y las fábricas de este líquido antiséptico han disparado su producción.
Así, un sencillo gesto como limpiarse las manos con gel desinfectante, provoca que sus fabricantes también se froten las manos, pero de otra manera, porque no dan abasto ante la avalancha de pedidos. Como ejemplo, en una de sus fabricas se sorprenden con sus cifras: "En un mes normal podemos tener una demanda de unos 1.000 litros, pues ahora lo hemos multiplicado por 100".
Lo mismo ocurre con las empresas que suministran mascarillas. No paran de recibir pedidos de todo tipo de compañías, de hospitales y hasta de gobiernos de todo el mundo. En una empresa española de estas mascarillas, tan solo una semana han facturando lo mismo que en cinco años.