La historia de Natalia, una profesional sanitaria madrileña, pone de manifiesto la tensión que se está viviendo en los centros hospitalarios de la Comunidad de Madrid, la más afectada por el nuevo coronavirus. Su nombre es ficticio -prefiere preservar el anonimato-, pero su relato, como técnico en cuidados auxiliares de enfermería en un pequeño hospital, es impactante. La pandemia del SARS-CoV-2 está provocando “el pánico” en los hospitales más modestos de la capital de España, según apunta la profesional a Informativos Telecinco.
“La situación es muy delicada. Yo trabajo en el turno de noche. Mi hospital es pequeño, en comparación a lo que puede ser uno grande como el 12 de Octubre. La cosa está jodida. Al principio se decía que el virus solo afectaba a gente con otras patologías, pero se está viendo que no”, comenta Natalia, de 28 años.
“El problema, como ha pasado en China, está en la falta de respiradores No hay los suficientes. Va a ser una cuestión de triaje –método para organizar la atención de las personas según los recursos existentes y las necesidades de los individuos-, en el sentido de que quizá podamos salvar a un paciente de 50 años y, en consecuencia, no podamos salvar la de un paciente de 80”, cuenta. “Estar intubado quiere decir que tienes respirador, sino, es complicado sobrevivir (si el caso reviste gravedad)”, añade.
Al principio de la epidemia se daban datos de las víctimas o de los infectados, pero ante la expansión y el repunte de casos, solo se dan números. “Tenemos a seis personas en la UCI de mi centro. Son pacientes con edades a partir de los 50 años para arriba. Algunos de ellos entraron ingresados el 4 de marzo… este virus no es una broma. Nadie se lo puede tomar a cachondeo. En mi hospital no hay gente joven en estado grave, no hay pacientes por debajo de los 40 años que revistan gravedad, pero no sé en otros centros”, señala.
“Tengo tres supervisores que han dado positivo, están en cuarentena. La fiebre ronda los 40 grados, pero depende de cómo te pille. Tengo pacientes jóvenes que no presentan otras patologías. Unos dan negativo y otros dan positivo. Algunos tienen más dificultades que otros, pero sus vidas, por lo general, no corren peligro", asegura.
El ministro Illa anunció que se aumentarán las pruebas de test de diagnóstico para agilizar el sistema sanitario, debido a las dificultades que hay en estos momentos. “En este hospital, no sé cómo será en el resto, la tardanza del resultado de la prueba es larga. Hay pacientes que llevan días esperando que les digan si son positivos o no. Cuanto más rápido fuese, mejor", destaca la profesional sanitaria.
“Cuando alguien llega a urgencias, se le estabiliza y, si está bien, le subimos a planta a que espere los resultados. Esto lo hacemos para no bloquear la urgencia. He hablado con mi sindicato porque somos dos auxiliares para 30 pacientes. Entre estos, teníamos a siete que estaban pendientes de resultado, y han sido cuatro positivos. Es caótico. En otros servicios sí han reforzado la plantilla. Yo he pedido ayuda para que nos refuercen a nosotros”, denuncia.
“Hay pacientes que son independientes con 40 años. Pero tenemos gente de 88, que, claro, hay familiares que no se quedan y son pacientes que se desorientan. Si se caen ¿Cómo entras ahí corriendo a ayudarles? Tienes que ponerte todo el traje -si es un caso positivo- para ayudarle, no puedes entrar corriendo como si fuera un paciente normal. Hay mucha tensión en este sentido. Tienes que entrar a darle de comer, de cenar, cambiarle el pañal… Si dicen que entres lo mínimo posible, si lo necesita el paciente, es imposible actuar bajo mínimos. Cada vez que entras, es un material que hay que gastar, son desechables”, cuenta.
“Ha llegado un momento que hay pacientes que estaban por otro motivo en la planta y se han terminado contagiando. O por nuestra parte, o por familiares. Porque hay gente mayor que hemos tenido ingresada por neumonía, a los 15 días ha tenido mucha fiebre y han acabado dando positivo en coronavirus", afirma.
"Los pacientes que dan negativo no están todos juntos. Hay pacientes que se les ha quitado el aislamiento cuando han dado negativo pero, ante el miedo, pues a algunos no les han quitado el aislamiento respiratorio. Se está intentando separar, pero si no tienes habitaciones libres es muy difícil", señala Natalia sobre la dura situación que están padeciendo.
"Un paciente independiente que está estable, y está bien, el familiar no se va a quedar. Se recomienda al familiar volver a casa y vigilarse los síntomas. Pero, en el caso de una persona mayor, por ejemplo en nuestro hospital, una mujer de 81 años con cáncer de pulmón que ha dado positivo, le han transmitido que le quedan solo días de vida. El hijo de esta mujer tiene 7 hijos y se les ha permitido que cada día esté uno con ella (sus nietos). El hijo de la paciente, sin embargo, siempre está y sabe que se expone al contagio. Está protegido, tiene mascarilla y guantes, pero sabe que se expone. Todo lo que nos ponemos nosotros se le da al familiar. Hay otras personas que prefieren irse y que, ante cualquier información, le llamemos por teléfono", comenta sobre las circunstancias actuales -inéditas en los hospitales españoles-.
Desde hace semanas, tanto el Consejo de Enfermeros, como los profesionales de todos los ámbitos sanitarios, como el Gobierno, han denunciado la falta de material para 'nuestros héroes'. “Hay que hacer acopio de mascarillas, porque no hay. Este lunes vinieron un grupo de chinos y dejaron mascarillas y gel. La supervisora ha dejado estos recursos en cuarentena para analizarlos y que todo esté bien. En el 12 de Octubre, los sanitarios están poniéndose la mascarilla quirúrgica, y es que no sirve de nada. Batas tampoco hay. Entran a cuentagotas”, añade Natalia.
“Todo lo que utiliza el paciente: la bandeja de comida, por ejemplo, todo es desechable. A los familiares que están con pacientes positivos o están pendientes de resultados se les está dando la comida acompañante, que eso consiste en que no salgan de la habitación durante todo el día. Todo el material de los pacientes, tanto pañal, como servilleta, entre otros, va a un cubo negro y luego se quema", concluye. La pandemia por coronavirus está causando que los profesionales sanitarios no solo tiren del conocimiento en su ámbito, sino de que tiren de intuición o de ingenio para organizarse.
Esther, otra profesional sanitaria de Madrid, que prefiere no revelar su identidad, denuncia “el caos” que se está viviendo en los centros hospitalarios más modestos de la capital. “La situación es devastadora en todos los niveles”, cuenta a Informativos Telecinco.
“No tenemos equipos de nada. No hay establecido un protocolo de actuación, no es como en el Hospital de La Paz, por ejemplo. Los jefes de mi hospital no están haciendo absolutamente nada para que la gente se entere, porque entiendo que la gente joven pueda estar más al tanto de cómo tratar a una persona aislada o tener claro cuál es el procedimiento de quitarse la mascarilla, los guantes… pero no tenemos equipos para todos”, comenta.
“Mi hospital es de maternidad. Aún así, vienen embarazadas que dan positivo y nos lo dicen más tarde por miedo a no ser atendidas, entonces… Yo estoy tratando con gente con Covid-19 pero no uso la mascarilla FFP2, ni hay un protocolo establecido. La gente vive en un pánico constante en mi hospital, no saben qué hacer. Hay gente que trabaja aquí desde hace 20 años y son gente que no se reciclan. Se han dedicado siempre a trabajar e irse a su casa. Las cosas no se están haciendo bien. No sé si por falta de criterio o porque los jefes no saben cómo actuar”, añade.
“Tengo mucha rabia. No puedo dejar el trabajo porque no es momento para dejar tirado a nadie. Voy a estar doblando turnos. Mi objetivo es irme a un hospital más grande para aportar mi grano de arena. Voy a estar corriendo de un lado a otro, una locura”, concluye.