Una familia de Portugal ha protagonizado un emocionante encuentro en el parking de uno de sus hospitales. Allí se ha producido el primer contacto entre un sobrino y su tía, pero eso sí, marcado por el coronavirus y por tanto, a distancia: la mujer es enfermera y bajo ningún concepto puede acercarse al recién nacido, por lo que solo ha podido conocer al nuevo integrante de la familia a través de los cristales del coche.