Cambiar el patrón de la dieta de las embarazadas incorporando más aceite de oliva virgen extra y nueces por su alto contenido en omega 3 y otros alimentos como fruta, verdura o pescado azul -y practicar mindfulness, para disminuir el estrés de la madre- reduce hasta un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso.
Lo afirma Eduard Gratacós, director de BCNatal e impulsor del estudio Impact. "Utilizamos la nutrición, en forma de dieta mediterránea, utilizamos la reducción de estrés con mindfulness. Se pueden reducir las complicaciones en un tercio. Son unos resultados importantes. No disponíamos de ninguna ayuda medicamentosa para reducir estos problemas", dice.
Es la conclusión de una investigación pionera que demuestra por primera vez que interviniendo sobre el estilo de vida de la madre gestante disminuyen también otras complicaciones de salud. "Acabar con los nacimientos con bajo peso es uno de los objetivos de la OMS. Aumenta la mortalidad perinatal, consecuencias durante la infancia o la edad adulta. Es uno de los problemas importantes, considerando que afecta al 10% de la población", señala. El estudio IMPACT, coordinado por investigadores del BCNatal, del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu, con el apoyo de la Fundación La Caixa, tiene unos resultados claros. Además, se abre la puerta para aplicarlos a cualquier mujer embarazada, sin necesidad que exista riesgo.