Hay dos tipos de personas: las que celebran su cumpleaños por todo lo alto y las que quitan la fecha de nacimiento de Facebook para que nadie les felicite. No es que estas últimas odien cumplir años y hacerse mayores. Eso les da igual. Lo que ocurre es que preferirían fingir que ese día no existe.
Sentirse triste cuando se acerca la fecha de cumpleaños es algo que le ocurre a muchas personas. Algunas fingen, otras directamente prohíben a sus amigos y familiares celebrar el día. En cualquier caso, es habitual la ansiedad, la tristeza y, sobre todo, una extraña sensación de vacío.
Stewart Shankman, psicólogo de la Universidad de Illionois, puso nombre a este fenómeno: depresión de cumpleaños. Según el experto, se trata de una fecha que pone punto y final a un ciclo, haciendo que reevaluemos cómo han sido estos últimos doce meses, si hemos logrado lo que el año pasado nos propusimos, y si estamos en el punto vital en el que nos gustaría. Esta reflexión es normal, pero cuando damos demasiadas vueltas a la creencia de que hemos perdido el tiempo, podemos acabar sintiéndonos ligeramente deprimidos.
Los propósitos de cumpleaños de la gente suelen ser mejorar en el trabajo, pasar más tiempo en familia, conocer a alguien especial o mejorar su salud mental. Desgraciadamente, en los últimos dos años es más difícil lograr esas metas por culpa del coronavirus, el estado de alarma, el aumento de contagios y las repercusiones sociales, sanitarias y económicas. Esto ha provocado una tristeza generalizada asociada a nuestro gran día. En otras palabras, no nos apetece tanto cumplir años porque sentimos que no ha cambiado nada respecto al año pasado, como si nuestra vida estuviese en un stand by constante.
Para reducir la ansiedad y la tristeza en tu fecha de cumpleaños, es importante ajustar tus expectativas, tanto respecto a ese día como respecto al año que está por venir.
Decide de antemano cómo te gustaría pasar el día de tu cumpleaños. ¿Prefieres algo íntimo o con amigos? Si quieres que te organicen algo y te da miedo que no lo hagan, háblalo con alguien de confianza. Mejor ser sincero a llevarte una decepción y pasarlo mal. Recuerda que la gente que te rodea no es adivina ni lee mentes, así que comunícate sin vergüenza.
Por otro lado, plantéate qué es lo que esperas de esta nueva etapa. Sé realista. Estamos en medio de una pandemia y quizá viajar por todo el mundo o salir más de fiesta no son los planes más viables.
Focalízate en tus éxitos. Aunque parezca que todo ha ido a peor, piensa en los aprendizajes que se esconden detrás de las malas experiencias. Una ruptura nos enseña a tener más claro lo que queremos de una pareja. Un despido nos enseña a priorizar nuestra salud mental y a buscar un trabajo en el que nos sintamos valorados. Una enfermedad nos enseña a escuchar a nuestro cuerpo y cuidarnos más que nunca. ¡Ojo! No es cuestión de abrazar la positividad tóxica y pensar que todo va bien. Tienes derecho a frustrarte y a quejarte, pero es importante ser consciente de que tu año no ha sido o muy bueno o muy malo, hay matices.