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El ministerio de Sanidad ha informado de que en España ha habido 20 casos de trombos en personas inoculadas con AstraZeneca. Cuatro de ellas han fallecido. Este dato llega cuando se ha empezado a poner la segunda dosis a quienes recibieron la primera y la mayoría opta por repetir con el suero de Oxford. Sanidad advierte que se debe poner Pfizer y que la opción de AstraZeneca debe ser excepcional.
Parece que quien se vacunó contra el coronavirus a probar una nueva vacuna. Sanidad ha informado de que cuatro personas en España han muerto tras ser inoculados con este suero y el fallecimiento de una quinta persona está en investigación.
Además, hay otras 15 personas más que han sufrido trombos venosos, según la información de las autoridades sanitarias.
El porcentaje de muertes entre los inoculados con AstraZeneca es de una muerte por trombosis por cada millón de dosis administradas. La frecuencia casos de trombos aumenta según desciende la edad: 14 episodios por millón de personas de 30 a 39 años, 12 en el tramo 40-49 años y a solo 2 en el de mayores de 60.
Sanidad insiste en el riesgo de ponerse AstraZeneca y recuerda a las comunidades autónomas que lo acordado en la Interterritorial de Salud es que se ponga la segunda dosis de Pfizer, no AstraZeneca. Que alguien opte por firmar el consentimiento y ponerse el suero de Oxford, repiten desde Sanidad, debe ser excepcional.
España recuerda que otros países de nuestro entorno como Alemania y Francia llevan meses poniendo la segunda dosis de Pfizer. Europa se ha saldado con una letalidad del 20 por ciento en personas vacunas con AstraZeneca.
Entre esos cuatro fallecidos en España tras ponerse la vacuna de AstraZeneca no se ha confirmado si está la profesora de Marbella, una mujer joven que murió a los 10 días de vacunarse por un trombo. Inicialmente, se informó que su fallecimiento no estaba relacionado con la vacuna. Llegó incluso a afirmarlo el consejero andaluz de Sanidad, Jesús Aguirre.
Sin embargo, ante la falta de este tipo de problemas de salud previos en la mujer y la insistencia de la familia, un nuevo informe de la autopsia emitido más de un mes después de su muerte apuntaba a la vacuna como causa del fallecimiento. Su historia clínica, las muestras al microscopio y los análisis realizados descartaron la presencia de enfermedades previas que predispusieran a la mujer a sufrir un trombo.
El departamento que dirige Carolina Darias también podría quedarse sin dosis suficientes de AstraZeneca si todo el mundo opta por ella. Sin embargo, y a pesar de la informalidad del laboratorio británico con las entregas de sus vacunas, el Ejecutivo insiste en que el abastecimiento no es un problema.