Cada vez hay más evidencias científicas que apuntan a que será necesaria una tercera dosis de la vacuna de coronavirus para reforzar la prevención frente a la pandemia. Incluso algunos países ya lo han anunciado para una parte de su población, como Israel o Reino Unido.
La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, ha explicado que el Ministerio espera reunir una "mayor evidencia científica" antes de determinar el "cuándo y a quién" se le administrará una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Así se ha pronunciado Calzón en rueda de prensa después de que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, asegurara el pasado viernes que "todo apunta" a que su departamento administrará una "tercera dosis de refuerzo" de la vacuna contra la COVID-19, si bien reconoció que todavía no se ha determinado "cuándo" comenzará a suministrarse.
Según ha reconocido Calzón, esta posibilidad "está en el debate científico desde hace meses" para que se administre una tercera dosis a toda la población o a una parte de ella.
En este contexto, ha recordado que algunos países, como Francia, Israel, ya la han introducido "en alguna parte pequeña de la población, concretamente en colectivos de personas que tienen inmunodepresión", y también en Reino Unido, donde se anunció una tercera dosis para "una determinada franja de población de mayores".
"La tónica en la mayoría de los países de nuestro entorno, hasta este momento, es esperar a reunir mayor evidencia científica antes de determinar el cuándo y a quién se vacunará con dosis de recuerdo", ha zanjado la secretaria de Estado de Sanidad.
El ministro de Sanidad israelí, Nitzan Horowitz, ya está administrando una tercera dosis a los adultos de riesgo.
"A partir de ahora vamos a dar un tercer pinchazo a la gente con riesgo inmunológico", explicaba Horowitz en declaraciones a la televisión pública israelí, Kan, el pasado 11 de julio.
El ministro ha indicado que están evaluando la posibilidad de ampliar el alcance de esta tercera dosis y administrarla a la totalidad de la población.
Las empresas Pfizer-BioNTech han anunciado que planean solicitar la autorización de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para la administración de una tercera dosis de su vacuna contra la COVID-19, con el objetivo de brindar "una protección aún mayor".
En un comunicado, han explicado que existen "datos alentadores" que publicarán en las próximas semanas sobre la dosis de refuerzo ya que proporciona niveles de anticuerpos neutralizantes de cinco a diez veces más altos cuando se administra seis meses después de la segunda dosis.
El consejero delegado del laboratorio estadounidense Moderna, Stéphane Bancel, ya ha afirmado que habrá que dar una tercera dosis de recuerdo a las personas que ya fueron vacunadas, empezando "desde el final del verano" con los grupos de riesgo a los que se les inoculó a comienzos de año, y en particular con las personas que viven en residencias. Advierte de que "dos o tres meses de retraso supondría numerosas hospitalizaciones y muertes".
El lío con la vacuna de Astrazeneca complica la administración de una futura tercera dosis de refuerzo. La Unión Europea no ha renovado los contratos para la compra de vacunas de la farmacéutica anglo-sueca Astrazeneca y por tanto, en futuras dosis de refuerzo en un principio no se contaría con este fármaco.
Podría realizarse por tanto una tercera dosis de la vacuna con Pfizer, como ya se hizo hace unos meses cuando se paralizaron las dosis de Astrazeneca por los efectos secuendarios que estaban bajo estudio.
El Servicio Cántabro de Salud (SCS) trabaja ya en la organización de un dispositivo a partir de otoño ante el posible escenario de tener que administrar una "tercera dosis de refuerzo" de la vacuna contra la COVID-19.
Así lo ha avanzado la gerente del SCS, Celia Gómez, en declaraciones a RNE, recogidas por Europa Press, después de que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, asegurara que "todo apunta" a que su departamento administrará esta "tercera dosis de refuerzo".