Un estudio desarrollado por el Instituto Pasteur de París (Francia) ha revelado que la anosmia, la pérdida de olfato, es uno de los síntomas más frecuentes en personas que pasan el coronavirus de manera leve o asintomática.
Esta investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine demuestra que el coronavirus puede infectar las células de la mucosa olfativa y permanecer ahí hasta al menos seis meses, por lo que explicaría su persistencia en pacientes que ya han superado la infección.
Los investigadores explican que el estudio se ha realizado en once pacientes, siete de ellos con síntomas leves que presentaban pérdida reciente del olfato y otros cuatro con anosmia persistente, entre tres meses y medio y seis meses y medio después de la infección.
El neuroepitelio olfatorio puede ser "un sitio importante de infección por SARS-CoV-2 con múltiples tipos de células, incluidas las neuronas sensoriales olfativas, las células de soporte y las células inmunes, que se infectan".
"La persistencia del SARS-CoV-2 y la inflamación asociada del neuroepitelio olfatorio pueden explicar los síntomas prolongados o recurrentes del covid-19 como la pérdida del olfato, que deben considerarse para el tratamiento médico óptimo de esta enfermedad", han concluido.
La anosmia suele presentarse como uno de los primeros síntomas de la enfermedad y, según un estudio de JAMA Otolaryngol Head Neck Surg, suele desaparecer pasadas unas cuatro semanas. Sin embargo hay personas que siguen sin recuperar el olfato durante meses, convirtiéndose en una secuela permanente de la Covid19. Este síntoma es más frecuente en pacientes jóvenes que no han sido hospitalizados.
La anosmia no solo supone perder calidad de vida y no poder saborear bien los alimentos, también es un problema de seguridad, ya que nuestro sentido del olfato nos ayuda a prevenir riesgos como la inhalación de agentes tóxicos o consumir alimentos que no están en buen estado.
El doctor Félix Díaz Caparrós posee una amplia experiencia en tratamientos contra la pérdida del olfato. "Las causas más frecuentes de pérdida de olfato son las rinosinusitis, especialmente causadas por virus, las formaciones polipoideas en el interior de la nariz, la desviación del tabique nasal, la hipertrofia de los cornetes nasales, la sequedad de la mucosa nasal, las inhalaciones químicas de carácter tóxico, los medicamentos, la degeneración cerebral e incluso las causas genéticas", afirma.
Según Díaz Caparrós, "es muy importante afrontar este problema lo antes posible". El tiempo se convierte en un factor clave a la hora de poder tratar la anosmia. Cuanto más grave es la pérdida de olfato más tarde se recupera. "El olfato se puede mejorar mediante un aprendizaje. Ésto es frecuente observarlo en catadores de vino y baristas", añade.
Si la pérdida es permanente los especialistas recomiendan iniciar un entrenamiento olfativo. Este tratamiento consiste en repetir la inhalación de un conjunto de aromas de manera diaria. Esta terapia suele durar unos tres meses, aunque será el otorrino encargado de cada caso el que realizará el seguimiento y verá la evolución de cada paciente.
Uno de los tratamientos más sencillos de la Clínica Díaz Caparrós consiste en una rehabilitación con cuatro tipos diferentes de aromas que da al paciente una esperanza de poder recuperar el olfato. Hasta ahora, los pacientes tratados por el doctor Félix Díaz Caparrós se muestran satisfechos con los resultados de su tratamiento contra la anosmia, como es el caso de M.L.M., que daba por hecho que había perdido el olfato de manera permanente.