Los datos oficiales sobre la pandemia de COVID-19, 39.763 contagios y 2.696 muertes (514 en una sola jornada), indican que nos encaminamos hacia el peor de los escenarios posibles: 364.515 infectados y 87.000 fallecidos. La epidemia nos tendrá confinados cuatro meses y el pico más alto tendrá lugar en la séptima semana de estado de alarma, a principios de mayo, si no cumplimos a rajatabla las restricciones impuestas a la ciudadanía durante este periodo.
Los datos están en un informe elaborado por médicos y enfermeros de las unidades de cuidados intensivos (UCI). Aplicando un programa informático de libre disposición de las Unidades de Control de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, estos especialistas han diseñado tres escenarios posibles de incidencia de la enfermedad.
Partiendo de cifras oficiales de hospitales, camas sanitarias y de UC,incidencia de los contagios y perfiles poblacionales, estos sanitarios creen que la tasa de ataque del será del 35 % (expresa el porcentaje de probabilidades de que un determinado contacto contraiga la enfermedad), llegando a su momento álgido en la duodécima semana. Así, las cifras de contagiados en el escenario más benévolo sería de 128.755 ocasionando la muerte de 36.800 personas en todo el país.
Por el contrario, en el peor escenario posible alcanzaríamos la cifra de 364.515 infectados que provocaría la muerte de 87.055 personas.
Entre ambos escenarios los médicos y enfermeros de las UCI han previsto también otro intermedio que situaría los contagios en los 278.435 casos y los fallecimientos se situarían en las 55.987 personas. Es el que en el momento de la redacción del informe consideraron que sería el más probable.
Los cálculos de estos especialistas muestra también un panorama dramático para la sostenibilidad de nuestro sistema de respuesta ante la pandemia. En este punto de la séptima semana, las unidades de cuidados intensivos estarán saturadas al 257 % de la capacidad supuesta total.
Ante esta realidad aconsejan que cada comunidad autónoma realice sus cálculos de planificación en función de la situación real que tengan en ese momento.
Autoridades y organizaciones médicas profesionales están redoblando sus mensajes para concienciar a la sociedad de la necesidad de respetar las medidas de higienes necesarias así como las incluídas en el decreto de declaración del estado de alarma.
Según Margarita del Val, investigadora del CBMSO (CSIC-UAM) y miembro de la Sociedad Española de Virología, el respeto a las medidas de reclusión son básicas para bajar la tasa de contagios y alejar la posibilidad de un colapso absoluto del sistema sanitario,
Asegura que la cuestión no es solo si me infecto yo o no, sino sobre todo si yo puedo infectar o no a otras personas, justo lo contrario. Recordad, es una epidemia.
Por eso, cancelar congresos de sanitarios. Por eso, evitar viajes innecesarios y en los que estemos expuestos y exponiendo a mucha gente de orígenes diversos. Por eso, evitar multitudes, festejos y reuniones grandes. Por eso, si te cierran el cole de los niños no los mandas con los abuelos ni al parque. Por eso, si te cierran la universidad o el instituto te quedas en casa en lugar de ir de fiesta.
Por eso, cuando te cierran la empresa porque hay un caso de coronavirus en tu departamento, no te vas a tomar una copa o a visitar a tu madre o a hacer la compra en un momentito: te envían a casa no para protegerte a ti, que estás fuertote, joven y sano, sino para que no seas un vehículo de contagio que podría llevar a la muerte a personas más vulnerables en un par de saltos de contagio, e incluso a ti si inopinadamente sufres una apendicitis y no te pueden curar.
Desde la entrada en vigor del decreto de estado de alarma que incluye medidas como la reclusión de la población en sus viviendas, las fuerzas de orden público ya han impuesto más de 60.000 denuncias y han sido detenidas cientos de personas.
Todas ellas por saltarse las restricciones impuestas en el estado de alarma impuesto para frenar el coronavirus. Descerebrados como los que cogen el coche para irse de puente. Su perfil va desde la más absoluta ignorancia, la incapacidad para no cambiar sus costumbres al egoísmo o el qué más da. Ya se sabe que el coronavirus afecta en un 80% de casos a nuestros mayores, pero ojo, el porcentaje de jóvenes afectados sube.