Miles de soldados han desfilado este sábado en las calles de Minsk para celebrar la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial. Un acto por todo lo alto que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha celebrado a pesar de las muchas peticiones para que cancelase el evento y estableciera una cuarentena debido a la pandemia de coronavirus.
"Aunque este año la parada militar en Minsk será la única en el espacio postsoviético, se hará para honrar a todos los soldados soviéticos que liberaron al mundo del nazismo", declaró el mandatario.
Lukashenko, que gobierna el país desde 1994, ha asegurado que el miedo a la COVID-19 es una "psicosis" y que la enfermedad se combate bebiendo vodka, visitando saunas o jugando al hockey. Además, ha reconocido que es consciente de las críticas que puede recibir: "En este mundo angustiado habrá quienes nos condenarán por el lugar y el tiempo de esta acción sagrada".
Pero, a pesar de todo, el desfile ha sido celebrado y seguido muy de cerca por multitud de espectadores, algunos de los cuales llevaban mascarillas, pero en ningún caso se ha respetado la norma de distanciamiento social.
El país ya acumula más de cien fallecidos y el número de pacientes positivos ha alcanzado la barrera de los 20.000.