Aunque solo tiene dos letras, la palabra “ex” atemoriza más que mencionar al propio Voldemort. No podemos fustigarnos por ello, gestionar una ruptura no es sencillo, y nuestros fantasmas del pasado pueden aferrarse a nosotros con fuerza. Por suerte es posible olvidarles de una vez por todas.

Al empezar una relación, lo último que imaginas es que pueda acabar (y menos mal, porque sino sería un comienzo un tanto truculento). Durante meses o años te ilusionas, generas expectativas y elaboras proyectos de futuro. Tu vida cambia y hasta los planes más rutinarios se convierten en rituales de pareja.

Algo tan común como irte a la cama o ver una serie, te cuesta trabajo. Antes lo hacías acompañado. Ahora tienes que reconstruir tu vida y descubrir quién eres, porque admitámoslo, tener pareja te hacer crecer y aprender, aunque solo sea un poquito.

Este proceso de maduración es algo que muchas veces posponemos. ¿La razón? Que cuesta trabajo psicológicamente hablando. En consecuencia, acabamos encadenando relaciones por miedo a la soledad, arrastramos heridas emocionales mal curadas y no superamos del todo a la persona que nos partió el corazón.

Esto es lo que le sucede a Diego, un chico de 28 años que acaba de cortar con su novia. “Llevábamos juntos 6 años y yo no imagino mi vida sin ella”, confiesa. La ruptura, que fue de mutuo acuerdo, tuvo lugar hace casi un año. Sin embargo, Diego es incapaz de pasar página.

Compara a todas las chicas que conoce con su antigua novia, y eso está afectando a su salud mental. “Cuando pienso que lo he superado, me doy cuenta de que no, que todavía tengo la espinita de mi ex clavada. Si conozco una chica, automáticamente la comparo con ella, y siempre salen perdiendo. Yo sé que no es sano ni para mí ni para nadie, pero después de tanto tiempo no sé qué más puedo hacer”, relata.

Aunque no hay pastillas mágicas que borren nuestros recuerdos (y si las hubiera, no sería la mejor forma de pasar página), sí que podemos seguir ciertos consejos para superar a un ex:

Seguro que tu ex tenía muchísimas virtudes, pero existe la posibilidad de que estés idealizándole. Esto no significa que quieras retomar la relación ni que sigas enamorado o enamorada. Simplemente es una forma de justificar todo el tiempo que pasaste con esa persona.

Intenta ser objetivo. Aunque tu ex fuese la persona más inteligente, más divertida, más atractiva o más amable que has conocido, eso no significa que sea la persona perfecta para ti.

Aunque hayáis acabado de buen rollo, es más importante tu salud mental que quedar bien con tu ex. Si te da la bajona cada vez que sube una foto o un story a Instagram, corta por lo sano.

Otra posibilidad es que ya hayas eliminado a tu ex de tu lista de contactos, pero sigas cotilleando sus redes sociales. Identifica los momentos en los que más stalkeas, por ejemplo, antes de dormir o a la hora de comer. Cuando lleguen esas horas del día, busca actividades alternativas que te impidan cotillear: ver un video de YouTube, leer un libro o repasar los últimos artículos de Yasss.

Para muchas personas escribir una carta a su ex resulta liberador y catártico. En ella puedes compartir todo lo que se te pase por la cabeza. Incluso puedes escribir varias cartas en las que compartas aquello que nunca le dijiste, cómo te sientes ahora o lo que esperas del futuro.

Estos textos son por y para ti, así que haz con ellos lo que quieras. Hay quienes los queman, quienes los guardan de recuerdo y quienes lo envían a su antigua pareja. Esta última opción es controvertida porque puede resultar incómodo para tu ex leer algo tan íntimo, y porque puedes aferrarte a una respuesta que nunca llegará.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que hiciste deporte por última vez? Y no hablo de sudar la gota gorda, sino de distraerte haciendo una actividad beneficiosa para tu cuerpo y tu mente. Haz una ruta de senderismo, practica natación, baila o monta en bici. Busca la actividad que más te guste y practícala para distraerte.

Y quien dice deporte, dice cualquier otro hobby. Por ejemplo, dibuja, cómprate un juego de mesa, cuida de tus plantas o lee ese libro que lleva meses cogiendo polvo en tu mesilla.

En último lugar, intenta reducir sentimientos como el rencor o la culpabilidad. Y digo reducir a propósito, porque eliminarlos del todo es imposible. Somos humanos, y si tu pareja te hizo daño, por mucho que te esfuerces un poquito de resquemor vas a seguir sintiendo.

El problema del rencor y la culpa es que son un veneno que tú te tomas esperando que muera la otra persona. En otras palabras, te acaban dañando a ti.

No es sano darle vueltas una y otra vez a todo lo malo que te hizo tu ex. Tampoco va a solucionar nada culparle (o culparte a ti) por la ruptura. Acepta lo sucedido y cuando vayan a tu mente pensamientos de rencor o culpa, no les des especial importancia. A más te centres en ellos o intentes eliminarlos a toda costa, más fuerza les otorgarás.

Si pasa el tiempo y sigues sin superar a tu ex, puedes plantearte ir al psicólogo. Esto no es algo que deba avergonzarte ni mucho menos.

Cuando experimentamos malestar, debemos pedir ayuda. Y si la ruptura está afectando a diferentes áreas de tu vida como por ejemplo tu salud mental o física, el trabajo, tus amigos o tu familia, la terapia es más que necesaria.