La lluvia, enemiga de las mascarillas: altera su filtración
Una mascarilla mojada puede fomentar las afecciones dermatológicas
La reutilización de la mascarilla disminuye su capacidad de filtración
Alergólogos e inmunólogos descartan que el sistema inmunitario se debilite por el uso continuado de mascarillas, aunque advierten de que la lluvia puede alterar su capacidad de filtración y recomiendan llevar "una o dos de repuesto" durante el otoño-invierno.
Así lo ha manifestado en una entrevista a Efe el doctor Pedro Ojeda, miembro de Sociedad Española de Alergología e Inmunología (SEIC), en la que además alerta de que una mascarilla mojada puede aumentar la humedad relativa en el espacio entre la cara y el protector y fomentar afecciones dermatológicas.
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Además, ante la segunda ola de la covid-19 y para tener un sistema inmunitario en buenas condiciones, el experto recomienda un descanso adecuado y una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales.
PREGUNTA: ¿Puede originar el uso continuado de mascarillas un debilitamiento del sistema inmunitario?
RESPUESTA: No se ha comunicado que el uso prolongado de mascarillas tenga ningún efecto de debilitamiento del sistema inmunitario. Ni siquiera en aquellas profesiones que deben usarla como equipo de protección personal a lo largo de muchas horas de la jornada de trabajo.
P: Sin embargo, se ha constatado que el uso de estos protectores está provocando heridas nasales, labiales, así como problemas dermatológicos. ¿Qué hay que hacer para prevenirlos?
R: Efectivamente, el uso prolongado de mascarillas puede originar, sobre todo, problemas dermatológicos.
Las heridas pueden producirse por un ajuste inadecuado de la mascarilla o por llevarla demasiado ajustada. No es necesario que la mascarilla forme un sellado perfecto con la piel, basta que tape bien la nariz y la boca.
Por otro lado, el uso prolongado de mascarilla hace que se concentre más humedad en la piel alrededor de la boca, lo que podría facilitar el crecimiento de hongos, especialmente en varones con barba o bigote o la aparición de infecciones cutáneas o empeoramiento de acné, sobre todo en adolescentes.
P: ¿Ha incrementado las alergias el uso de mascarillas o, por el contrario, ayuda a estos enfermos a tener menos síntomas o que estos sean más leves?
R: Por ahora no se está reportando un incremento de alergia como tal a la mascarilla. Aunque en gente muy sensible a metales, sobre todo al níquel, el alambre de la parte superior de la mascarilla o cualquier otra pieza metálica podría llegar a generar un eccema de contacto.
Además, se ha advertido de que las mascarillas NK95 pueden contener resinas de formaldehído y Quaternium-15, dos conocidos sensibilizantes. Pero de momento no se ha descrito sensibilizacón frente a ellos en personas que han manifestado reacciones con la mascarillas y a las que se han testado estos componentes en pruebas epicutáneas.
Por el contrario, la primavera pasada las personas alérgicas a alérgenos de exterior como pólenes de plantas o esporas de hongos si que notaron una clara reducción de la intensidad de sus síntomas al llevar la mascarilla al aire libre, a pesar de que ha sido una primavera relativamente intensa en cuanto a polinización de gramíneas.
P: ¿Qué precauciones hay que tener con las mascarillas en días de lluvia? ¿Qué sucede si se mojan?
R: En los días de lluvia deberemos llevar una o dos de recambio. Una lluvia fina no afectará la mascarilla, pero una lluvia más pertinaz o de gota gruesa alterará su capacidad de filtración.
Aparte de ver disminuida su capacidad de filtración, una mascarilla mojada puede aumentar la humedad relativa en el espacio entre la cara y el protector y dar lugar a la aparición de las afecciones dermatológicas, como eccemas, acné o foliculitis.
P: .- ¿Qué mascarillas hay que usar y para qué? ¿Protegen las mascarillas de tela o habría que usar quirúrgicas o de otro tipo?
R: Las mascarillas que se deben usar son las que estén homologadas para la protección frente a la inhalación de microorganismos y más concretamente los virus, en las circunstancias actuales. Por tanto, estaríamos hablando de la mascarilla quirúrgica o las NK95.
En el caso de las de la tela, podrían ser útiles siempre y cuando se ajusten bien a la cara y dispongan de los filtros adecuados frente a microorganismos. Si no es así, debido a que el tamaño de poro del tejido textil es tan grande (en escala microscópica) es como si no llevásemos nada.
P: ¿Qué sucede si reutilizamos las mascarillas?
R: La reutilización de la mascarilla conduce a una disminución de su capacidad de filtración, así como provoca el crecimiento de hongos y bacterias que exhalamos con el aire. Por tanto, no es recomendable reutilizar mascarillas quirúrgicas o NK95 ni extender su uso más allá del tiempo recomendado por el fabricante.
En el caso de las mascarillas de tela con filtros adecuados, habría que lavarlas a temperaturas altas para asegurar la eliminación de tales microorganismos y cambiar los filtros después de cada lavado.
P: ¿Cómo hay que guardarlas?
R: Lo recomendable es guardar las mascarillas desechables en el envoltorio en el que se comercializan. En caso de que las vayamos a usar de forma intermitente, deberían guardarse siempre en una bolsita de plástico o una funda en la que se pueda meter y sacar fácilmente.
Pero la mascarilla no debe de estar en contacto directo con otros elementos que manipulemos habitualmente como son las llaves o móvil.
P: ¿Qué precauciones hay que tener a la hora de ponérselas y quitárselas?.
R: Cuando la estemos manipulando deberemos sostenerla siempre por las cintas. Nunca se ha de tocar la mascarilla directamente y hay que evitar ajustarla continuamente o cogerla por su parte frontal.
En el caso de que tengamos que ajustarla, la manipularemos por la parte inferior e interior o por las esquinas superiores