Entre 2013 y 2017, en España fallecieron ahogados un total de 117 niños y, según el primer informe nacional de ahogamientos a menores, elaborado por la Escuela Segoviana de Socorrismo, cuatro de cada cinco menores no estaban vigilados. Los meses de mayor índice de decesos corresponden al verano y en las horas centrales del día y son las piscinas, con un 58%, el tipo de instalación donde se suceden más incidentes, seguidos de los ríos y embalses (31%) y las playas (9%). Asimismo, los ahogamientos se confirman como la segunda causa de muerte infantil en España.
Hay que tener en cuenta que los niños pequeños son especialmente vulnerables y se pueden ahogar en menos de 6 cm de profundidad del agua, nos recuerda la Asociación Española de Pediatría (AEP). Es decir, el ahogamiento puede producirse en una bañera, en un cubo lleno de agua, una fuente, una piscina inflable, una acequia o cualquier pequeño contenedor de agua que haya en el entorno doméstico. La prevención es primordial para evitar estas tragedias, por eso, como padre es casi obligado que conozcas los pasos que tienes que dar si uno de tus hijos se ven en esa tesitura.
Los expertos recuerda que la duración de la asfixia determina la gravedad y que, por lo tanto, el tratamiento se debe llevar a cabo en el mismo lugar del suceso. La AEP nos aporta los pasos a seguir en ese caso:
Prevenir es curar y en estos casos se salvan vidas, así que es importante que los niños sepan nadar para defenderse, o por lo menos que sepan cómo flotar. Pese a ver dado cursillos de natación, no dejes de vigilarles mientras que estén en el agua y no te despistes cuando hables por el móvil. No es recomendable que la responsabilidad de su cuidado la dejes en otros niños. Si tienes la suerte de tener piscina en casa, no olvides que esté vallada, de unos 155 centímetros de alto y cubriendo todo el perímetro, además de que el cierre de seguridad obligatorio no esté a su alcance. Sabemos que son niños y solo piensan en jugar, pero es importante concienciarles sobre los peligros de correr o empujarse.