Cómo funciona la vacuna de la gripe
La vacuna de la gripe salva la vida a miles de personas en Europa cada año: descubre cómo funciona y en qué casos debes vacunarte
La gripe es una enfermedad muy presente en nuestra sociedad y potencialmente peligrosa para ciertos grupos de riesgo. Y ahora el temor al coronavirus aumenta su prevención. Entre sus síntomas encontramos la fiebre, los dolores musculares, la sensación de resfriado, tos... todo un cúmulo de sensaciones desagradables que, además, tan solo pueden tratarse a nivel sintomático, ya que inevitablemente deberemos dejar que esta dolencia siga su curso hasta desaparecer de nuestro organismo, lo que ocurrirá en un plazo medio de entre 3 y 7 días. Por eso es importante, sobre todo entre cierta población, vacunarse puntualmente para evitar en la medida de lo posible un contagio. ¿Cómo funciona la vacuna de la gripe
Vacuna de la gripe: cómo funciona y por qué utilizarla
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Aunque la mayoría de las veces la gripe no requiere hospitalización por la complicaciones que pueda provocar, en ocasiones las dificultades respiratorias que conlleva pueden ser potencialmente peligrosas e incluso mortales. Existen ciertos grupos de riesgo relacionados con las presencia de otras dolencias previas, como puede ser la diabetes, la bronquitis crónica, la insuficiencia renal, etc., y lo mismo se aplica a las personas de avanzada edad, más sensibles a sus síntomas.
Son precisamente estas personas las que deben tomar en consideración la posibilidad de vacunarse contra la gripe. Además, hay que tener en cuenta que los virus que causan la gripe mutan con rapidez y que existen simultáneamente varias clases de gripe que pueden aparecer en cualquier momento del año. Por eso la vacuna de la gripe se encuentra en constante actualización.
De entre los distintos tipos de virus de la gripe (A, B y C), el grupo A suele ser el que más complicaciones provoca, por distintos motivos: muta constantemente, desarrolla nuevas cepas y genera epidemias de forma más frecuente. Sin embargo, el resto de grupos generan brotes menos importantes y sus síntomas resultan más leves.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que esta vacuna debe renovarse cada cierto tiempo, no solo por su actualización, sino porque pierde efecto pasados unos meses: de ahí que las campañas de vacunación suelan realizarse, en el caso de Occidente, de cara a los meses de otoño e invierno, momento en que es más frecuente el contagio.
En cuanto a cómo funciona la vacuna de la gripe y, en general cómo se fabrican las vacunas, para crearla se utilizan virus inactivados o viriones atenuados de la gripe humana H1N1 y H3N2, así como los de los virus de la influenza B. De manera simplificada, los virus "se rompen" y se utilizan para hacer la vacuna.
Así, en general, cualquier vacuna (incluyendo la de la gripe) es una preparación creada para generar inmunidad adquirida contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos. Lo habitual es que contenga un agente similar al microorganismo causante de la enfermedad de que se trate (suele hacerse a partir de formas debilitadas o muertas de ese microbio, sus toxinas o una de sus proteínas de superficie).
Una vez administrada, la vacuna actúa estimulando al sistema inmunológico para que reconozca al agente como una amenaza a la que destruir y, con ello, guardar un registro de ello para que, en el futuro, el sistema inmune reconozca una amenaza similar y verdaderamente nociva y actúe contra ella con más facilidad. De esta forma, el agente ‘extraño’ es destruido antes de entrar en las células del organismo, destruyéndose las células infectadas antes de que se multipliquen.
En concreto, la vacuna de la gripe suele colocarse en el hombro, en el músculo Deltoides, y se suele recomendar especialmente en el caso de mayores de 64 años, personas con problemas respiratorios o cardíacos, residentes de espacios en los que convivan personas con problemas crónicos de salud... También quienes reciban tratamiento por fibrosis quística, problemas de riñón, anemia, asma severo, o enfermedades metabólicas crónicas (diabetes, etc.) Las personas inmunodeprimidas (pacientes tratados con quimioterapia y personas VIH positivas) también deben ser vacunadas.
Una vez vacunado, estarás protegido contra esta enfermedad tras aproximadamente dos semanas. Con ello conseguirás no solo evitar la enfermedad, sino también su propagación. Con todo, la vacuna de la gripe tiene sus riesgos: es posible que presentes efectos secundarios como dolor en el punto de la inyección o fiebre durante algunos días. También es posible que aparezcan reacciones alérgicas. Por eso debes consultar a un profesional acerca de la conveniencia de vacunarte si eres alérgico a ciertas sustancias, como el huevo. También si estás embarazada o si experimentas en ese momento fiebre o alguna enfermedad, tal y como recuerdan desde Sanitas.