Desde la Antigüedad, entomofagia (comer insectos) ha sido parte de la alimentación del hombre. Muchos son los países, principalmente en Asía y América del sur, que han optado por esta práctica desde hace siglos.
Es típico pasear por las calles de estos países y encontrar puestos que ofrecen comida tradicional con un insecto como ingrediente principal. Incluso en ciertas partes del mundo como México o el sureste asiático disfrutan de los insectos como elemento de alta cocina.
¿Aquí es legal el consumo?
Hace tres años el Parlamento Europeo decidió aprobar el consumo de insectos en todos los estados miembros de la Unión. Desde entonces, son más las personas que dedican consumir insectos para mejorar su salud, sobre todo la intestinal, gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Y no solo aquí, al otro lado del charco, en Estados Unidos, es una tendencia creciente.
Seguramente incluir insectos entre tus alimentos o en tu dieta no entre dentro de tus planes, pero si conoces los tres importantes beneficios que reporta a tu salud intestinal lo mismo te animas. Esto es lo que revela un estudio clínico realizado por la Universidad de Wisconsin-Madison.
¿En qué consiste?
Los investigadores eligieron a un grupo de 20 adultos, comprendidos entre los 18 y 48 años, completamente sanos. Durante seis semanas los participantes comieron grillo en polvo, no enteros.
Una vez finalizado este periodo, los investigadores pidieron a los participantes que les proporcionaran muestras de sus heces y sangre. Además, debían de haber rellenado un cuestionario previo y posterior al empiece y fin del estudio, que también debían entregar.
Una de las cuestiones que planteaba era saber si sentían cambios gastrointestinales significativos, a lo que ellos respondieron que no. El cuestionario no arrojó mucha luz a la investigación, lo que sí lo hizo fueron las heces y las muestras de sangre. En ellas encontraron la respuesta que buscaban.
¿Cuáles son los beneficios?
Los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad comparados con otros alimentos de origen animal. Además, son una gran fuerte de fibra y minerales como el hierro.
Estos datos extrapolados al estudio: el consumo de grillo aumentó una enzima metabólica asociada con la salud intestinal, y también de la Bifidobacterium animalis, una buena bacteria intestinal. Además de la disminución de TNF-alfa, una proteína inflamatoria vinculada a la depresión y el cáncer.
¿El consumo de grillos supone riesgos para la salud?
No podemos comernos cualquier cosa, en el caso de que los insectos hayan sido tratados en condiciones higiénicas, hasta el momento, no se tienen datos de transmisión de enfermedades o parásitos por el consumo.
¿De cara al futuro?
Los investigadores están muy contentos con los resultados obtenidos del estudio, aunque son conscientes de que para poder determinar más información, debe probarse en un mayor número de sujetos.