¿Cada cuánto tiempo se deben cambiar?
Lo primero que debes preguntarte antes de la llegada de los primeros fríos es cuántos años tiene tu colchón. Sabemos que la cuesta de septiembre es complicada, pero si ha superado los 10 años deberías invertir en tu descanso, que, en definitiva, es calidad de vida. A lo largo de esa década, su composición pierde calidad y, por lo tanto, deja de ser efectivo para el descanso, según recuerdan desde la Asociación Española de la Cama. Si empiezas a ver, además, que se deforma, se hunde en algunas zonas y que te levantas con dolor de espalda y sin muchas energías, deberías plantearte seriamente adquirir uno nuevo.
Una buena base
Tan importante como el colchón es la base en la que reposa. Debe tener las mismas medidas que el colchón, que este firme y que sus materiales sean transpirables. Hay una amplia amalgama de productos de calidad y a precios asequibles, como la bases tapizadas, somieres de láminas y canapés, pero en este último caso recuerda no sobrecargarlo porque no podrás luego mover la cama con facilidad en tu limpieza diaria.
Normas básicas de mantenimiento
Es importante que en el transporte, desde el establecimiento de compra hasta tu hogar, el colchón no sea doblado en ningún caso para no deformar ni los laterales ni las esquinas. Si va ajustado a un mueble con cabecero, debes dejar unos centímetros de separación, trata de no pegar ninguna base para no alterar su forma. Los colchones son para dormir, no para saltar cual saltimbanqui, la vida del colchón se acortará y tu bolsillo y tu espalda se resentirán.
Voltearlo cada tres meses
Mucha gente lo desconoce, pero es importante cambiar la posición del colchón cada tres meses, sobre todo, en los primeros años de uso. Ese sencillo gesto alargará su durabilidad. Lo habitual es que cambies de cara y que la zona de la cabeza pase a los pies y así sucesivamente con cada cambio de estación. Aprovecha la llegada del otoño para poner en práctica este consejo. Si tu colchón es viscoelástico de dos caras puede voltearlo y también girarlo 180 grados, pero si es de una sola cara, deberás poner la parte que estaba en el cabecero pase al lado contrario.
Higiene y prevención de ácaros
La acumulación de ácaros en los colchones pueden ser especialmente desaconsejable para las personas alérgicas. Según los expertos, pueden duplicar su peso por la presencia de estos microorganismos. Para evitarlo es esencial el uso de fundas que cubran la totalidad del colchón y sin son antialérgicas, mejor. Además, estarás evitando también el exceso de humedad. Ventila diariamente la habitación, retirando la ropa de cama para que sea más efectiva. Recuerda que con el frío serán suficientes 10 minutos y así no se quedará fría la estancia y tendrás que gastar más en calefacción. Todos los colchones incluyen en la etiqueta las instrucciones de limpieza específica para cada modelo. Hay trucos caseros, como mezclar bicarbonato de sodio y un aceite esencial en un recipiente y luego tamizarlo con un mezclador sobre el colchón, dejarlo una hora y retirarlo con un aspirador.
Almohadas, cada dos años
Por cierto, las almohadas son parte de nuestro descanso, hay quienes no concilian el sueño si no es con la suya y cada vez son más las que se las llevan de viaje, pero los especialistas advierten de su cambio cada dos años. Al igual que los colchones, los almohadones son un nido para los ácaros, salvo que seas un maniático de la limpieza y las laves constantemente, que tampoco es recomendable porque se deforman antes. Un consejo para saber si está deteriorada es doblarla. Si se mantiene en esa posición y no retoma la original, es que sus componentes internos están desgastados. Recuerda que tu cabeza reposa todas las noches, así que debe estar bien protegida, al igual que el colchón, con una funda.