La vacuna más potente contra la gripe está ya aquí para colaborar en la lucha contra la pandemia de coronavirus. Se trata de dos enfermedades muy diferentes pero, al mismo tiempo con síntomas muy parecidos. Por eso las autoridades sanitarias mundiales creen que es importante la vacunación masiva de la población con un nuevo antídoto tetravalente que trata de inmunizarnos contra cuatro variantes diferentes del virus de la gripe y lograr así que las dos pandemias no nos hagan más vulnerables aún de lo que ya somos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha recomendado que las personas mayores, los trabajadores sanitarios y los pacientes con enfermedades previas tengan prioridad en la campaña de vacunación contra la gripe, que comienza ahora en el hemisferio norte y es vista como clave en la lucha contra la covid-19.
Un reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) asegura que "tras la adopción generalizada de medidas de mitigación en la comunidad para reducir la transmisión del SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19, el porcentaje de muestras respiratorias de EE. UU. enviadas para pruebas de la gripe que dieron positivo disminuyó más de 20 %" El informe también recoge que se trata de un fenómeno que también es posible verlo en otros países del hemisferio sur en los que se ha detectado "poca actividad de la gripe".
Este mismo organismo estadounidense recuerda que "las intervenciones dirigidas contra la transmisión del SARS-CoV-2, más la vacunación contra la gripe, podrían reducir sustancialmente la incidencia y el impacto de la gripe en la temporada 2020-21 del hemisferio norte" Y añade que las medidas adoptadas para evitar los contagios de coronavirus "podrían contribuir a reducir la transmisión en temporadas futuras del virus de la gripe".
Para el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, la vacunación contra la gripe "siempre es importante, pero hay contextos en los que aumenta, como en el pandemia actual".
El objetivo, según los expertos es lograr que el 75 por ciento de los mayores de 60 años y del personal sanitario se vacune, lo que supone un aumento de unos 20 puntos frente a otros años, y llegar al 60 por ciento en el caso de personas con otras patologías.
E insisten en que las medidas de protección contra el coronavirus, como el uso de la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social, frenarán previsiblemente los contagios de gripe, pero "a ello hay que unir la vacuna, que es especialmente protectora y aporta valor añadido".
Recientemente, un artículo de la revista Nature abordaba la preocupación de los virólogos sobre la respuesta inmunológica que generaban la vacunas contra la gripe. Según el texto, en algunos casos esta repuesta puede llegar a situarse solo en el 50 % de efectividad.
Según recuerdan los CDC, "durante varios años, las vacunas contra la gripe fueron diseñadas para proteger contra tres virus diferentes de esta enfermedad (vacunas trivalentes). Las vacunas trivalentes protegen contra un virus de gripe A(H1N1), un virus de gripe A(H3N2) y un virus de gripe B, a pesar de que existen dos linajes diferentes de virus B y que ambos están en circulación durante la mayoría de las temporada".
Por ello, en la presente campaña de vacunación se administrará una vacuna tetravalente en la que se incluirán los dos tipos de variantes de virus de gripe más sus dos subvariantes. Así, "al agregar otro virus B se intenta ofrecer un nivel de protección más amplio contra la gripe en circulación", concluye en informe de los CDC.
Pero esta no es la única mejora que este año incluye la vacuna de la gripe. Margarita del Val es viróloga y una de las mayores expertas internacionales en su campo. Para esta investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas, la vacuna contra la gripe que se distribuirá en breve este año incluye adyuvantes específicos para determinados grupos de riesgo cuya finalidad es la de potenciar los niveles de inmunidad. Se trata de potenciadores que ya estaban incluidos en otras vacunas pero que no estaban presentes en la de la gripe.
Su compañero en el CSIC, el también virólogo Luis Enjuanes, también cree que esta disminución de los casos de gripe como consecuencia de las medidas de protección contra el coronavirus "es algo lógico y perfectamente entendible".
Para el mayor experto español en coronavirus, con el SARS-CoV-2 puede pasar como ha ocurrido con el virus de la gripe que tras atenuarse acaben siendo como los que provocan el refriado común cada invierno.
A pesar de estas mejoras, las autoridades sanitarias y las organizaciones médicas temen que la confluencia de ambos virus dispare las ratios de mortalidad en el país. Recientemente, la Asociación Española de Vacunología reconocía que "navegamos por aguas desconocidas en cuanto a la temporada 2020 para los virus respiratorios". Según estos expertos "por primera vez en la historia, el Hemisferio Norte se va a enfrentar a la perspectiva de enfermedad por SARS-CoV-2 junto a la epidemia de gripe estacional", lo que les llevaba a plantearse una cuestión: "¿cómo nos podemos preparar para esa convergencia?".
Y no se trata de una hipótesis improbable. Un reciente artículo de MedRxiv sobre la confluencia de ambas pandemias preveía "una posible competencia patógena entre los dos virus", de forma que "la cocirculación de estos virus podría tener un impacto significativo en la morbilidad, la mortalidad y la demanda de servicios de salud", lo que supondría multiplicar por seis las cifras actuales de fallecimiento por la pandemia de coronavirus.
Por extraño que parezca, no todo el mundo cree en las bondades de las vacunas. La campaña contra estos antídotos crece a través de las redes sociales. Hace una semana, el Ministerio de Sanidad, las asociaciones españolas de Vacunología y Pediatría y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se vieron obligadas a salir al paso de un estudio de tres trabajadores del hospital de Barbastro (Huesca) en el que se afirmaba que la vacunación masiva contra la gripe provocará un repunte de muertes por COVID-19 porque un componente facilita la entrada y reproducción de virus en las células del organismo humano.
Según estos organismos, en una nota hecha pública, "la presencia de polisorbato 80 en algunas vacunas contra la gripe y los neumococos no causa un incremento de muertes por COVID-19 en personas mayores de 65 años".
El Ministerio de Sanidad español Sanidad explicaba que no hay ninguna evidencia científica de que vacunarse contra la gripe aumente el riesgo de infectarse con el virus SARS-CoV-2 o de padecer una COVID-19 de mayor gravedad.