Aumenta el número de hospitales en España que prohíben el acceso a sus servicios a los usuarios que lleven mascarillas de tela. Los gerentes de algunos centros del País Vasco, Asturias, Galicia, Valencia, Canarias o Castilla y León afirman que este tipo de material de protección frente al coronavirus no es lo suficientemente eficaz para prevenir contagios al tiempo que dudan del mantenimiento que le dan sus portadores.
En la discusión sobre su idoneidad también han intervenido la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval) y el Instituto Tecnológico Textil (Aitex) quienes, ante esta prohibición hospitalaria han asegurado en un comunicado conjunto, que estos elementos cumplen las normas y están homologadas "son perfectamente utilizables con garantías". Además, recalcan que su uso es una opción "para considerar medioambientalmente sostenible y económicamente viable para los consumidores".
En su crítica cargan contra estos responsables hospitalarios al afirmar que "algunos agentes del sistema sanitario no pueden ser prescriptores en contra de las normativas vigentes nacionales y europeas, aceptadas por las autoridades públicas sanitarias".
Tampoco las autoridades políticas son ajenas a esta polémica. Recientemente, la Comunidad de Castilla-La Mancha, ha puesto a disposición de la población, a través de las oficinas de farmacia, mascarillas lavables para la protección ante el coronavirus.
El propio presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page se presentaba esta iniciativa portando una de estas mascarillas de tela y lavable.
Recientemente, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) confirmaba que las mascarillas de tela caseras son eficaces para frenar el contagio del nuevo coronavirus.
El estudio, publicado en la revista 'Extreme Mechanics Letters', demostraba la capacidad de transpiración y bloqueo de gotas de 11 tejidos domésticos comunes, utilizando una máscara médica como referencia. Los tejidos seleccionados iban desde prendas nuevas y usadas, telas acolchadas, sábanas y trapos de cocina.
La postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) está clara, recomienda a los ciudadanos que viven en países con transmisión comunitaria de coronavirus y en los momentos en los que se puede garantizar el distanciamiento físico como, por ejemplo, en el transporte público.
Los expertos sanitarios del organismo internacional recuerdan que estas mascarillas deben constar de, al menos, tres capas de material diferente, aunque insisten en que el uso por sí solo de estos productos no protege frente al nuevo coronavirus.
Para las personas mayores de 60 años, o a aquellas con patologías de riesgo, el organismo de Naciones Unidas aconseja la utilización de mascarillas quirúrgicas en las situaciones en las que no se puede garantizar una distancia entre personas de unos dos metros.
Hasta ahora, el organismo de Naciones Unidas sólo recomendaba las mascarillas quirúrgicas a las pacientes de ccovid-19, así como a sus cuidadores y a los profesionales sanitarios que tratan casos sospechosos o confirmados.
Sin embargo, en la nueva guía publicada sobre el uso de mascarillas para controlar la pandemia, el organismo de Naciones Unidas recomienda las quirúrgicas para todas las personas que trabajan en centros de salud, independientemente de si tratan o no a pacientes con Covid-19.
Es en este punto en el que se basan los responsables hospitalarios para obligar a los usuarios que acceden a sus instalaciones a dejar fueras las mascarillas de tela y usar las quirúrgicas.