'La paradoja de la aceituna', o por qué nos contagiamos a pesar de la mascarilla
Nos quitamos la mascarilla cuando creemos estar rodeados de personas de confianza
Compartimos alimentos mientras sociabilizarnos sin darnos cuenta de que favorecen los contagios
Cada vez hay más evidencias del papel de los aerosoles como vía rápida de contagio
Tres meses después de la alerta sanitaria por la pandemia de coronavirus, el Gobierno de Pedro Sánchez decidió a finales de mayo hacer obligatorio el uso de la mascarillas de forma generalizada, y eso a pesar de advertencias como la del mayor experto mundial en coronavirus, el científico George Gao que criticaba que no las usásemos ya de forma masiva. Pero a pesar de su implantación, los expertos siguen denunciando que no las empleamos correctamente y que prescindimos de ellas cuando más necesarias son.
Hace dos semanas, conocíamos un estudio del grupo de investigación Biocomsc de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) en el que señalaba que los ciudadanos suelen hacer un uso adecuado de las mascarillas en situaciones en que interactúan con desconocidos, pero lo abandonan cuando tratan con personas a las que conocen.
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Es lo que la viróloga española, Margarita del Val denomina 'la paradoja de la aceituna'. Según esta investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el carácter sociable de los españoles tiene mucho que ver en la extensión de la pandemia en nuestras ciudades. Según esta experta en vacunas, detrás de muchos de estos contactos están nuestras costumbres en los entornos sociales y pone el ejemplo de lo que ella denomina la 'paradoja de la aceituna'.
Y es que cuando hemos asimilado e interiorizado la importancia de las normas básicas de protección contra los contagios de covid-19: mantenimiento de la distancia social, uso de la mascarilla e higiene de manos surge nuestro lado sociable y nos exponemos de forma caprichosa al contagio.
Del Val nos recuerda cuando compartimos una mesa con amigos y familiares bajamos nuestras barreras defensivas e incurrimos en errores que nos convierten en más vulnerables ante los contagios. La primera de ellas es que usamos las mascarillas por la calle pero nos las quitamos al sentarnos en la mesa, justo el momento en el que mayor proximidad tenemos con nuestros conocidos. También olvidamos que gran parte de la transmisión del SARS-CoV-2 está relacionado con lo que tocamos o lo que comemos y aquí es donde Del Val tira de ironía para hablar de la 'paradoja de la aceituna' ya que es una costumbre muy española.
Un grupo de amigos o familiares comparten una mesa en un bar y mientras cada uno bebe de su vaso usan un plato de aceitunas que está en el centro. Con cada gesto de coger una oliva y llevarla a la boca para después volver de nuevo al cuenco y coger otra estamos favoreciendo el intercambio y la transmisión del virus.
Para Del Val, mucho e lo que nos pasa tiene que ver con nuestra capacidad para confiarnos, algo a lo que habría que sumar el desconocimiento de todo lo que rodea a este virus SARS-CoV-2.
En esta línea va el último aviso de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) en el que reconoce la posibilidad de contagios por aire, aunque destaca que no es la forma más frecuente de transmisión.
Esta es la tercera vez en menos de un mes que los CDC cambian su valoración sobre la forma de contagio del nuevo coronavirus. En septiembre los CDC alertaron de que el virus puede transmitirse por aerosoles, pequeñas partículas que flotan en el aire, pero tres días después se retiró esta versión porque era un "borrador" publicado "por error".
Ahora los CDC han emitido un comunicado en el que reconocen "la existencia de informes publicados sobre circunstancias limitadas y poco comunes en las que personas con covid-19 contagian a otras que están a más de metro y medio de distancia o poco después de que la persona positiva por covid-19 abandonase la zona".
Para Xavier Xercavins, doctor experto en Medicina Preventiva, la mejor opción es usar el sentido común y "si no lo ves claro, lo mejor es no quitarse la mascarilla. Cuando se quiera comer o beber, se echa gel desinfectante en las manos, y con una mano te destapas la boca bajándote la mascarilla por un lado y con la otra bebes o comes".