La voz de Kina al otro lado del teléfono es fuerte y alegre. Nada hace sospechar que con tan solo 59 años le diagnosticaron Alzheimer. Ahora tiene 66. Joaquina García del Moral es una de los 12 pacientes de Córdoba, 100 en España y 3.500 pacientes de todo el mundo que han participado en el ensayo clínico del nuevo y controvertido fármaco contra el Alzheimer: aducanumab. El medicamento, de la biotecnológica Biogen, ha sido autorizado este lunes por las Agencia del Medicamento estadounidense (FDA) y ahora se espera que lo haga la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Aducanumab, Aduhelm en su nombre comercial, busca frenar el deterioro cognitivo provocado por la enfermedad de Alzheimer y es un anticuerpo que reduce las placas de amiloide que se acumulan en estos pacientes y que se relacionan con este deterioro. Kina tiene mucho que decir. Ella lleva cinco años inyectándose este medicamento.
Hace poco le confirmaron que lo que a ella le administraban no era placebo, era la medicación en dosis alta. Pero ella afirma que lo notaba, que su vida ha vuelto a ser como antes del diagnóstico y cree que eso solo podía ser por el aducanumab.
Eduardo Agüera Morales, neurólogo y Coordinador de Investigación en Demencia del Hospital Reina Sofia asociado al IMIBIC ha llevado a cabo el ensayo de Joaquina y de otos 11 pacientes en Córdoba, asegura que "en mi opinión personal y viendo los resultados, puedo decir que está funcionando, incluso mejor de lo que me esperaba. Al principio era escéptico pero de los 12 pacientes que han estado inyectándose el fármaco durante estos años ninguno de ellos ha empeorado, y a eso no estamos acostumbrados cuando hablamos de demencia", explica Agüera.
Hicieron pruebas a 50 pacientes pero solo 12 cumplían las condiciones de Alzheimer inicial que requería Biogen. "Es verdad que se ha aprobado sin eficacia clínica todavía demostrada. La FDA lo ha aprobado por la vía rápida. En el caso de un ensayo en oncología, si un tumor se reduce, la FDA aprueba el ensayo por la vía rápida. Esto es lo ha pasado ahora con el aducanumab. Tras la aprobación de este fármaco hay división entre los neurólogos porque no estamos acostumbrados a esta forma de proceder, pero quizá ha llegado el momento de aceptar que se aprueben medicamentos con datos incipientes, para que así se abra la puerta a más investigación", asevera Argüella.
"Todo tiene sus inconvenientes hubo efectos secundarios que salieron en solo un subgrupo pero aun así, parece claro que este fármaco limpia el cerebro de los beta-amiloides", dice Agüera que añade que es partidario de que se apruebe en Europa porque podría dar un impulso a otras moléculas que se están estudiando. "Llevamos 20 años sin que se apruebe un medicamento de este tipo, más que por los efectos, que aún hay mucho que investigar, que se apruebe por lo que simbólicamente significa", concluye este neurólogo.
Esta mujer colabora con la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas con Alzheimer y otras demencias (CEAFA), que ha recibido con alegría la aprobación en Estados Unidos de este fármaco que supone una esperanza para los más de cinco millones de personas en España que conviven con la enfermedad de Alzheimer y otras Demencias (incluyendo también a los familiares cuidadores). El Alzheimer representa más del 60% de la dependencia en nuestro país, y supone un coste anual de 35.000 millones de euros.
Kina es de Motril, Granada. Ha sido maestra toda su vida en un colegio concertado de esta localidad. El último año sabía que algo no iba bien. Ponía a las niñas el nombre en el babi, carteles en las mesas, pero en Navidad seguía sin acordarse del nombre de sus alumnas. La neuróloga Teresa Vilchez (Kina nos pide que pongamos su nombre porque le estará eternamente agradecida) la miró a los ojos y le dijo: "No me lo puedo creer, tienes los tres estados del Alzheimer muy bien definidos. Esto no se va a quedar así, sé que están haciendo ensayos clínicos con varios fármacos, tienes que entrar en uno". Y la suerte o el destino, hizo que a Kina la seleccionaran para participar en el ensayo del Instituto Maimónides de Investigacion Biomedica (IMIBIV) de Córdoba, asociado con Biogen.
"De un día para otro se acabó mi vida. Para mí, mis alumnas lo eran todo. Y lo pase muy mal. Me sentí echada de mi puesto de trabajo. Yo creía que podía seguir dando clase, me sentía útil, pero no. Un día me perdí al lado de mi casa y me senté en un banco llorando, esperando que alguien me sacará de esa situación. Dejé de coger el coche, no era capaz de conducir, no sabía ni hacer la comida. Fueron unos momentos muy duros, porque el Alzheimer es muy duro, ir perdiendo poco a poco los recuerdos, ir dejando de conocer a tu familia, a tus amigos, hasta tal punto que te resultan extraños", explica Kina.
Empezó con el ensayo. Kina nombra a todo el equipo que ha estado con ella estos cinco años. Uno a uno, para demostrar que se acuerda de todos. Y se acuerda. Además, habla rápido, con soltura. "Al año de estar con el ensayo ya notaba los cambios. Empecé a ser la que era antes, dejé de estar acobardada por todo y me lancé otra vez a coger el coche y lo que hiciera falta". Pero unas pruebas lo pusieron todo en peligro.
A las personas que participan en este ensayo, las trataban con placebo, con medicación mínima, media o máxima. La medicación mínima y media no ha generado ningún problema, pero con la máxima se vio que, en algunos acasos, provocaba una serie de micro hemorragias, que es lo que le estaba pasando a Kina. "Me dolía mucho la cabeza y era por eso. Mi médico de cabecera me recomendó dejarlo, pero yo no quería. Había vuelto a la vida, me volvía a acordar de los nombres, de las caras, de las calles, estaba recuperando el ritmo normal, como antes del diagnóstico. Cuando tienes esta enfermedad la gente te habla distinto, despacio, cómo para que la entiendas, no podía volver a eso. Así que tome una decisión. Con el consentimiento médico me arriesgue a seguir con aducanumab. Lo mejor que he hecho".
"Lo he hecho por mí, pero también por todos los enfermos de Alzheimer. Había que conseguirlo y lo hemos hecho", dice con la voz entrecortada. Kina dice que está muy nerviosa, que quiere que esto sirva de algo. "Tengo amigos diagnosticados de Alzheimer con 52 años que a los 59 están en una residencia. Es muy injusto. Esta enfermedad siempre se ha considerado de viejos, y no es así. Por eso, no se investiga. Ahora lo hemos tocado, lo tenemos. Todos los medicamentos que tomamos tienen contraindicaciones y no les hacemos ni caso. Esto es algo tremendamente importante y tiene que estar al alcance de todos", asegura Kina.
Kina dice estas últimas palabras llorando. "Que lo sepa todo el mundo, estoy bien. He pasado de ser dependiente a hacer mi vida como antes", concluye Kina, deseando que la Agencia Europea de Medicamento (EMA por sus siglas en inglés), apruebe el aducanumab pronto, para que todos los enfermos de Alzheimer tengan opción de sentirse vivos otra vez, como le ha pasado a ella.