El coronavirus podría ser más antiguo de lo que se creía hasta ahora, ya que es posible que no se originara en diciembre de 2019 en un mercado de Wuhan, sino en un pozo minero chino en 2012, cuando algunos trabajadores contrajeron una enfermedad desconocida similar a la neumonía después de estar expuestos a murciélagos.
La teoría pertenece al virólogo Jonathan Latham y la bióloga molecular Allison Wilson, ambos de la organización Bioscience Resource Project en Ithaca (EE. UU.), que tradujeron una tesis de maestría escrita en 2013 por un médico chino que atendió a los mineros infectados y envió muestras de sus tejidos al Instituto de Virología de Wuhan para ser evaluadas.
"La evidencia que contiene nos ha llevado a reconsiderar todo lo que creíamos saber sobre los orígenes de la pandemia de la COVID-19", escribieron Latham y Wilson en un artículo publicado en 'Independent Science News'.
En abril de 2012, seis trabajadores de la mina de Mojiang, situada en la provincia de Yunnan, a miles de kilómetros de Wuhan, enfermaron después de pasar más de 14 días eliminando heces de murciélagos. Más tarde, tres de los mineros fallecieron.
En su tesis de 66 páginas, el médico Li Xu describió los síntomas que tenían los enfermados, como "fiebre alta, tos seca, dolor en las extremidades y, en algunos casos, dolores de cabeza", todos ellos asociados actualmente con el coronavirus.
El médico describió asimismo el proceso de tratamiento de los mineros, el cual también resulta ser similar a los métodos utilizados hoy en día contra la COVID-19. En particular, los trabajadores infectados fueron tratados con ventiladores y una combinación de medicamentos que incluían esteroides, anticoagulantes y antibióticos.
Después de realizar múltiples pruebas para la hepatitis, el dengue e incluso el VIH, Li consultó con varios especialistas en toda China, entre ellos el virólogo Zhong Nanshan, que manejó el brote de SARS en 2003 y quien ahora se encuentra entre los asesores del Gobierno chino para manejar la pandemia actual. Latham y Wilson calificaron de "significativa" esta reunión de Li con Nanshan, ya que "implica que las enfermedades de los seis mineros eran motivo de gran preocupación y, en segundo lugar, que un coronavirus similar al SARS se consideraba una causa probable".
Li Xu asimismo envió muestras de tejidos de los mineros infectados al Instituto de Virología de Wuhan, donde los científicos confirmaron que la fuente de infección era un coronavirus similar al SARS del murciélago 'Rhinolophus rouxii'.
Por su parte, Latham y Wilson creen que el virus, una vez dentro de los mineros, "evolucionó" hasta convertirse en el SARS-CoV-2. Los científicos etiquetaron su hipótesis sobre los orígenes del COVID-19 como "el paso de los mineros de Mojiang", refiriéndose al término virológico 'pasar', que significa el proceso de adaptación del virus a nuevas especies.
Según Latham y Wilson, el SARS CoV-2 es "un coronavirus inusualmente patógeno altamente adaptado a los humanos", cuyas muestras de alguna manera salieron del laboratorio. Latham señala que "de manera casi segura" el coronavirus "escapó" del laboratorio de Wuhan.
En julio, el director del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, Yuan Zhiming, rechazó las especulaciones que vinculan a esa instalación con el origen del coronavirus, y aseguró que es imposible que un virus saliera de sus instalaciones porque es un centro altamente seguro.
Algunos políticos estadounidenses, incluidos el presidente Donald Trump y el secretario de Estado, Mike Pompeo, han sugerido que el coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan, acusación que China ha negado rotundamente.
Por su parte, el director ejecutivo de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, anunció a comienzos de mayo que la organización tiene pruebas, a partir de la secuencia genética del coronavirus, que demuestran que este es de origen natural.