En medio de la pandemia mundial de coronavirus originada en la ciudad china de Wuhan, que ya ha superado los 9,43 millones de personas contagiadas y más de 482.000 víctimas mortales en todo el mundo, China ha celebrado su polémico festival de carne de perro.
Como cada año, la ciudad de Yulin, Guangxi, acoge en el mercado de Dashichang acoge una feria en la que todo tipo de animales son exhibidos para su compra, en condiciones de poca higiene, según han denunciado numerosos activistas. Aunque el Gobierno lanzó una tímida campaña para evitar su realización, no puso impedimentos y el mercado abrió sus puertas a miles de personas, según ha informado Infobae.
Este festival es típico de la ciudad y tiene una duración de 10 días. Generalmente atrae a miles de visitantes, muchos de ellos acuden solo para comprar perros, los cuales están a la venta en jaulas encerrados por sus vendedores. Algunos de ellos los utilizan para después cocinarlos y comer su carne.
Las escenas en el mercado de Yulin, donde se vende la carne de perro una vez que los animales son sacrificados, se asemejan a otras de mercados al aire libre de China, si bien en éste se puede diferenciar claramente a perros despellejados o quemados, colgados de ganchos de carnicero por la boca, preparados para ser cortados y servidos a los clientes.
En los últimos años se han producido enfrentamientos entre los vendedores de perros y los activistas, que denuncian las pésimas condiciones en las que se encuentran estos animales y el sacrificio de cientos de perros para su consumo en este festival.
Las cifras de este año han disminuido debido a la crisis sanitaria actual. El gobierno está elaborando nuevas leyes para prohibir el comercio de animales silvestres y proteger a las mascotas, y los activistas esperan que este año sea la última vez que se celebre el festival.
"Espero que Yulin cambie no solo por el bien de los animales sino también por la salud y seguridad de su gente", dijo Peter Li, especialista en políticas de China de Humane Society International, un grupo de derechos de los animales.
"Permitir que las reuniones masivas intercambien y consuman carne de perro en mercados y restaurantes concurridos en nombre de un festival plantea un riesgo significativo para la salud pública", asegura.
El coronavirus, que nació en la ciudad de Wuhan, ha obligado a China a reevaluar su relación con los animales y el comercio de vida silvestre. En abril, Shenzhen se convirtió en la primera ciudad de China en prohibir el consumo de perros, y se espera que otros la sigan.
El ministerio de agricultura también decidió clasificar a los perros como mascotas en lugar de ganado, aunque no está claro cómo la reclasificación afectará el comercio de Yulin.
Zhang Qianqian, un activista por los derechos de los animales que estuvo en Yulin el sábado, aseguró que es solo cuestión de tiempo que antes o después se prohíba este festival.
"Por lo que entendemos por nuestras conversaciones con los vendedores de carne, los líderes han dicho que el consumo de carne de perro no se permitirá en el futuro", dijo. "Pero prohibir el consumo de carne de perro será difícil y tomará algún tiempo", lamentó.