Los centros de salud extreman la seguridad para evitar los contagios y cada vez tratan más por teléfono
Los protocolos y la higiene son estrictos
Bandejas de papel reciben al paciente que llega al centro de salud. Aquí se deposita ahora la tarjeta sanitaria, para limitar el contacto. Si presenta síntomas respiratorios le pasarán a una sala. El medico valorará si necesitan asistencia hospitalaria o seguimiento telefónico. Las demás patologías también se atienen por teléfono, y solo se da cita presencial a quien realmente lo necesita.
Los centros de atención primaria ya colocan información visual (carteles, folletos, etc.) en lugares
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estratégicos de los centros de atención primaria (de ahora en adelante CAP) para proporcionar a la población las instrucciones sobre higiene de manos e higiene respiratoria. Ofrecen mascarilla quirúrgica a aquellos pacientes que acudan al centro sanitario¡ con síntomas de infección respiratoria aguda y disponen de dispensadores con solución hidroalcohólica al alcance de la población y el personal. También cuentan con contenedores de residuos, con tapa de apertura con pedal, para la eliminación de los residuos generados.
Cada centro sanitario podrá designar una zona para la atención de los pacientes con sospecha de COVID-19, considerando que deben ser atendidos en zonas separadas a más de 1 o 2 metros del resto de usuarios del centro y con medidas físicas de separación, y preferiblemente, si las condiciones del centro así lo permiten, en una sala o consulta específica. Es necesario que todo el personal del centro conozca su existencia y localización.
Esta sala contará con material desechable, y protecciones plásticas para aquellas partes de los equipos en contacto con los pacientes. No tendrá material a la vista, estará todo guardado. Aquel material que no se pueda proteger o no sea desechable y deba estar en contacto con otros pacientes, deberá ser desinfectado previamente. A la puerta de dicha sala deben encontrarse los equipos de protección individual (EPI) necesarios para entrar en ella, un contenedor de riesgo biológico para desechar los EPI utilizados de manera adecuada, y dispensador de soluciones hidroalcohólicas dentro y fuera, para higiene de manos tras la retirada del EPI. Debe tener asignado un baño propio, que evite la salida de la habitación.