Mientras se padece esta realidad económica por la crisis sanitaria por el coronavirus, la investigación del virus sigue su curso con prometedores avances. A la posible inmunidad cruzada, que podría tener la vacuna triple bacteriana, se suman los pasos, cada vez más firmes, en inmunidad celular. Para conocer más sobre ella, Informativos Telecinco ha entrado en algunos de los laboratorios que la investigan.
Así, nos abren las puertas de los laboratorios donde se investiga una de las claves contra el coronavirus. La inmunidad celular de los glóbulos blancos de nuestra sangre que, una vez tratados, se encuentran aquí. Son los llamados linfocitos T.
Son fundamentales, primero porque complementan la respuesta de los anticuerpos que conocemos bien a través de los test habituales. Y segundo porque son capaces de destruir directamente las células infectadas con una inmunidad más duradera, se estima, que la de los anticuerpos.
Su conocimiento es fundamental y es por eso que en hospitales de toda España se está coordinando este estudio con pacientes como María, que se contagió el pasado marzo. Su muestra, dentro de un proceso todavía complejo, sirve para evaluar cómo reaccionan estos leucocitos ante el virus. Una fotografía más completa para saber cómo se derrota al coronavirus.
Las células T extraídas de la sangre de las personas que se recuperaron de una infección por COVID-19 pueden multiplicarse con éxito en el laboratorio y mantener la capacidad de dirigirse eficazmente a las proteínas que son clave para la función del virus, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Blood'.
"Encontramos que muchas personas que se recuperan de COVID-19 tienen células T que reconocen y atacan las proteínas virales del SARS-CoV-2, dándoles inmunidad contra el virus porque esas células T están preparadas para combatirlo. Esto sugiere que la inmunoterapia adoptiva que utiliza células T convalecientes para atacar estas regiones del virus puede ser una forma eficaz de proteger a las personas vulnerables, especialmente a aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos debido a la terapia del cáncer o a un trasplante", explica el líder del estudio, Michael Keller, especialista en inmunología pediátrica del Hospital Nacional Infantil.
Basándose en la evidencia de los ensayos clínicos de fase 1 anteriores que utilizaban células T dirigidas a virus "entrenadas" para atacar virus como el virus de Epstein-Barr, los investigadores del Programa de Terapia Celular de Children's National formularon la hipótesis de que el grupo ampliado de células T dirigidas a virus COVID-19 podría ser infundido en pacientes inmunocomprometidos, ayudándoles a construir una respuesta inmunológica antes de la exposición al virus y, por lo tanto, protegiendo al paciente de una infección grave o que ponga en peligro su vida.