Caterina Mieras diagnosticó al primer paciente de VIH en España. Aún recuerdo su cara, sus marcas en la piel, sus nódulos. Ese paciente cambió su vida. "Nos dimos cuenta que estábamos ante una enfermedad nueva, mortal, era un tsunami. Había que decir a los padres de los chicos de 20 años que su hijo era homosexual e iba a morir en cinco meses", recuerda Caterina.
Rondaba el año 1981 y un joven acudió a Urgencias del Hospital Vall d'Hebron con una severa pérdida de peso. El equipo de Medicina Interna creyó que era cáncer, el joven murió a los pocos días de VIH. "Tenía unos nódulos y le diagnostiqué el sarcoma de kaposi (un tipo de cáncer agresivo que afecta a personas con infección por VIH)", recuerda. El resto de indicios llevaban a una enfermedad que no habían diagnosticado nunca: "Nos confirmó que era homosexual y vimos varias infecciones propias de pacientes con bajas defensas", recuerda. Murió al cabo de 15 días y la autopsia confirmó las sospechas. "Fue un honor estar en la primera línea de la investigación y también fue muy duro", reconoce.
Pero queda mucho por hacer.
Un estudio financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y publicado en la revista 'The Lancet HIV' sugiere que se necesitan "esfuerzos considerables" para ayudar a las personas con VIH a suprimir el virus de forma duradera. Entre las personas seropositivas de todo el mundo que reciben terapia antirretroviral (TAR), los adultos "se están acercando al objetivo mundial de que el 95 por ciento logre la supresión vírica, pero los progresos entre los niños y los adolescentes se están retrasando y la supresión vírica a largo plazo en todos los grupos sigue siendo un reto", advierte este trabajo.
Las personas con VIH que logran la supresión viral protegen su salud inmunológica y evitan transmitir el VIH a otras personas. En 2014, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) estableció el objetivo de que el 95 por ciento de todas las personas con VIH que están tomando la terapia antirretroviral logren la supresión viral para 2030.